122) El primer añito de Filiz

1K 51 10
                                    

Prohibida la copia total, parcial o adaptación (Seamos respetuosas con el trabajo ajeno).

AMOR SIN FINAL 

Autora: Daiana Mibrani


La pequeña Filiz dormía cómodamente en su cuna abrazada a su osito favorito. De repente, la puerta de su habitación se abrió dejando entrar a sus padres y a su hermanito.

—Mi hermosa princesita, despierta —dijo Emir con voz suave acariciando las mejillas con hoyuelos de la niña.

Filiz abrió sus ojitos color miel y bostezó con sueño.

—Mi amor, feliz cumpleaños. ¡Ya tienes un añito! —Feriha le regaló una sonrisa.

La pequeña miró a sus padres y rápidamente extendió los bracitos para que la sacaran de la cuna.

—Mira lo que te trajo papá. —Emir le enseñó un enorme y espectacular oso blanco.

—Cariño, es demasiado grande, ¡incluso tiene el doble de su tamaño!

El muchacho dejó el peluche dentro de la cuna y su hija inmediatamente se acercó a abrazarlo.

— ¡Otito! —exclamó la bebé contenta. En su acotado lenguaje solo había unas pocas palabras: mamá, papá y osito.

—Eso no importa, mi princesa adora los osos y ella tiene que tener lo mejor.

Feriha sonrió.

—Vamos Hakan, saluda a tu hermanita. —La joven mamá colocó a su hijo dentro de la cuna para que felicitara a Filiz.

El niño miró a sus padres con carita interrogante, pero luego de unos segundos se acercó a la pequeña y le regaló un beso en la mejilla.

— ¡Muy bien! —festejaron ambos.

—Ahora es nuestro turno. —Emir cargó a la bebé y le dio uno sonoro y cariñoso beso—. Feliz cumpleaños, mi vida.

Feriha se acercó e hizo exactamente lo mismo haciendo sonreír a Filiz. Para ella no había nada mejor en la vida que sus padres la consintieran.

—Bien, ahora vamos a desayunar o llegaremos tarde al restaurante. 

—Amor, aún es temprano.

—Sí, pero con mi madre quedamos en llegar antes para ayudar a Mert y a Yağmur.

El cumpleaños de Filiz se festejaría en el restaurante donde todo estaba perfectamente decorado y organizado para disfrutar de un hermoso almuerzo familiar. Ese día, el establecimiento estaba reservado única y exclusivamente para ellos, incluso Emir había mandado a colocar un parque de juegos para que los niños se entretuvieran.

—Está bien cariño, entonces démonos prisa.

****

Mientras tanto, en la casa Yılmaz, Zehra caminaba de un lado hacia el otro a punto de abrir un hueco en el piso.

—Por Allah, mujer, siéntate o terminarás volviéndome loco —se quejó Riza mientras intentaba concentrarse en el periódico.

— ¡No puedo, Riza! ¡Es que Mehmet no llega!... ¿Qué tanto hace ese muchacho?, ¡ay Allah!

En esos momentos, Ömer apareció en la sala refregándose los ojos.

—Madre, ¿por qué me despertaste tan temprano? Mi hermano ni siquiera llegó.

Zehra lo miró con mala cara.

— ¡Tu hermano me dijo que no tardaría en venir con el auto!... Lo llamaré —habló tomando el celular.

Amor sin Final (Femir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora