12) La sorpresa de Emir

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Prohibida su copia total, parcial o adaptación (Seamos respetuosos del trabajo ajeno)

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani


La oscuridad de la cálida noche primaveral cubría las calles de la ciudad de Estambul. Aun era demasiado temprano y el amanecer no llegaba.

En un elegante departamento, dos jóvenes descansaban plácidamente cuando el despertador de uno de ellos empezó a sonar.

Sin mucho esfuerzo, Emir abrió los ojos con emoción y apagó la alarma del celular para evitar despertar a Koray. Y en menos de veinte minutos, ya estaba listo para ir en busca de Feriha.

Al llegar al hotel, Emir pasó directamente a las habitaciones sin hacerse anunciar. La recepcionista sabía muy bien quién era él ya que lo había visto en varias oportunidades con su jefa, además era el dueño del Nigth.

Cuando llegó al cuarto, Emir golpeó la puerta suavemente pensado que Feriha lo escucharía. Pero los minutos pasaron y no hubo respuesta.

La jovencita se encontraba profundamente dormida. En sus sueños, caminaba tomada de la mano de Emir por el parque de Etiler, él le sonreía mientras le susurraba unas silenciosas palabras que ella no podía oír. Solo veía como se movían sus labios ya que unos molestos ruidos no la dejaban escuchar.

¿De dónde demonios venía tanto alboroto?

El sueño comenzó a hacerse cada vez más ligero hasta que la conciencia fue llegando poco a poco permitiéndole a Feriha percibir que el molesto sonido en realidad provenía de los golpes de la puerta

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El sueño comenzó a hacerse cada vez más ligero hasta que la conciencia fue llegando poco a poco permitiéndole a Feriha percibir que el molesto sonido en realidad provenía de los golpes de la puerta.

La chica tomó su teléfono de la mesita de noche con mucha pereza, y al comprobar que recién eran las cuatro de la madrugada, exhaló un molesto suspiro dispuesta a seguir durmiendo.

No obstante, los insistentes golpes continuaron, logrando que Feriha se levantara enojada.

¿A quién diablos se le ocurría molestar a esas horas de la noche?

— ¿Quién es? —preguntó en medio de un bostezo.

—Cariño, soy yo. Ábreme.

— ¿Emir? —murmuró sorprendida haciendo lo que le pedía—. ¿Pasó algo?

Feriha se refregó los ojos intentando acostumbrarse a la luz que entraba desde el pacillo del hotel.

—Sí pasó. Vengo a buscarte para la sorpresa, ¿o ya te olvidaste? —contestó sonriente.

A diferencia de Feriha que estaba que se caía del sueño, Emir irradiaba una alegría y frescura que parecía que hubiera dormido durante quince horas seguidas.

Ella lo miró de mala manera, y dándose la vuelta, se dirigió a su cama para recostarse boca abajo abrazando la almohada.

— ¡Oh! ¡Vamos amor! Levántate o llegaremos tarde —dijo con diversión—. No seas floja.

Amor sin Final (Femir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora