Esta historia es un fanfic de la novela turca El Secreto de Feriha.
...
¿Qué ocurrió en los diez días previos a la boda de Emir y Feriha? ¿Cómo fue que realmente...
Prohibida la copia total, parcial o adaptación (Seamos respetuosas con el trabajo ajeno).
AMOR SIN FINAL
Autora: Daiana Mibrani
En la residencia Sarrafoğlu, Feriha estaba recostada en su cama intentando leer inútilmente una novela.
—Es imposible —dijo cerrando el libro y poniéndose de pie—. No puedo concentrarme.
La chica miró a Hakan envidiando su tranquilidad. El bebé dormía plácidamente chupándose su dedo pequeño.
— ¡Allah! ¿En dónde estás Emir? —susurró pasando la mano por sus cabellos.
Feriha le había llamado varias veces a su esposo sin obtener respuesta. Estaba muy preocupada temiendo que algo malo pudiera haber ocurrido, después de todo era imposible tardar tanto tiempo por un simple inconveniente en el club.
Cuando Feriha estaba a punto tomar su celular, recibió un mensaje.
"Amor, no escuché el teléfono... En cinco minutos llego a casa"
La chica soltó un suspiro de alivio, Emir se encontraba bien.
— ¡Entonces, en dónde demonios estaba!
Feriha bajó las escaleras para esperar a su marido en la sala. No pasaron ni dos minutos cuando Emir entró por la puerta con una extraña cara de cansancio y... ¿Alegría?
—Cariño, estás aquí —habló acercándose a ella para tomarla de las manos.
Pero Feriha se alejó.
—Por supuesto que sí, aquí es donde debería de estar a estas horas —espetó con los brazos en jarra—. ¿Se puede saber a dónde estabas, Emir? ¿Ah?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El muchacho tuvo que hacer un esfuerzo para contener una pequeña sonrisa que amenazaba con escapar de sus labios. Feriha se veía tan adorable y graciosa así de enojada que parecía una pequeña pantera.
— ¿De qué te estás riendo? ¡Te burlas de mí! —acusó fulminándolo con la mirada.
Emir sonrió y negó con la cabeza.
—No, amor. Es solo que te ves muy hermosa cuando te enojas.
Feriha respiró hondo intentado contenerse.
—Emir, no me hagas perder la paciencia, sé muy bien que no estabas en el club. ¡Le llamé a Mehmet y me dijo que te habías ido temprano!
Feriha empezó a sentirse mareada pero no prestó atención y siguió hablando.
—Te llamé cientos de veces, pero no respondiste ni una sola. ¡¿En dónde estabas!?
—Cariño, no imaginas lo que pasó —habló emocionado—. Koray y yo...
