63) Baja autoestima

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Prohibida la copita total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosas con el trabajo ajeno).

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani



Emir y Feriha acababan de salir de su clase de yoga, ambos caminaban por los pasillos del gimnasio tomados de la mano.

—Cariño, quiero que vayamos a ver los muebles para la casa de mis padres —dijo la muchacha con una gran sonrisa.

Finalmente, Feriha había comprado una hermosa propiedad para su familia. El hogar era muy acogedor, tenía un bello jardín y lo mejor de todo es que estaba cerca de la nueva casa en donde ella, Emir y su bebé vivirían.

—Feriha, ¿no crees que sería mejor ir al departamento? Quiero que primero descanses un rato y luego te llevo a donde quieras.

—No estoy cansada, amor. Quiero ir.

Emir suspiró resignado sabiendo que nada de lo que pudiera decir serviría para hacerla cambiar de opinión, más teniendo en cuenta que su esposa estaba muy entusiasmada con la decoración del hogar de sus suegros.

Feriha quería que todo estuviera listo para poder llevar a sus padres y darles la sorpresa.

—Está bien, amor. Haremos lo que tú quieras — aceptó.

La joven sonrió encantada y se aferró al brazo de su amado.

—También quiero que compremos algunas cosas para terminar de decorar la habitación del bebé. Hande me dijo que no me preocupe, pero sé que ella está muy atareada con su boda. ¡Además, no me ha dejado hacer casi nada! —se quejó haciendo una mueca.

La nueva casa Sarrafoğlu ya estaba casi lista. Hande se había encargado personalmente de la decoración, claro que le había pedido su opinión a Feriha, pero básicamente casi todo lo había organizado ella misma.

—Me alegra que así haya sido, tú no estás en condiciones de hacer esfuerzos —dijo Emir como quien no quiere la cosa.

Feriha era muy testaruda y siempre quería hacerlo todo por sus propios medios. Emir nunca iba olvidar el día que la encontró intentando arrastrar la cuna del bebé. ¡Casi se muere de un infarto!

—Exagerado —refunfuñó por lo bajo.

A Feriha le hacía mucha ilusión decorar la habitación de su hijo. ¡No se iba a morir por cargar alguna que otra caja!

Emir hizo de cuenta que no la escuchó. Sabía que no valía la pena discutir con ella porque nunca llegarían a un acuerdo respecto al tema.

— ¿Entonces de verdad quieres ir a ver muebles? —preguntó con la esperanza de hacerla cambiar de opinión—. ¿No prefieres ir al departamento y cambiarte de ropa?

La joven se miró a sí misma durante unos segundos. Llevaba puesta su indumentaria de yoga, pero no le importaba, se sentía muy cómoda y a gusto.

—Así estoy bien. ¡Vamos ahora! —respondió entusiasmada.

Los enamorados caminaron hasta la entrada del gimnasio y luego detuvieron sus pasos.

—Está bien cariño, iré a buscar el auto. Siéntate aquí así no caminas... Ya regreso.

Feriha tomó asiento, y mientras esperaba a su esposo, se puso a revisar su teléfono disfrutando de una deliciosa barra de chocolate. Pasados los segundos, ella estaba tan concentrada con su celular que no se dio cuenta de que una maliciosa mujer no le quitaba los ojos de encima.

Amor sin Final (Femir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora