Amor sin Final (Femir)

29) De vuelta en Estambul

Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosos con el trabajo ajeno)

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani

Había transcurrido una semana desde que Emir y Feriha regresaron de su hermosa luna de miel.

Retomar el ritmo de vida luego de unas largas vacaciones había sido sin lugar a dudas bastante complicado.

Los recién casados llevaban tres meses alejados de sus tareas y obligaciones cotidianas, por lo que durante esos días prácticamente no habían podido estar juntos y disfrutar de su compañía: el trabajo acumulado luego de tanto tiempo de receso los tenía sumamente atareados.

Por otro lado, la parejita estaba un poco distanciada ya que Feriha llevaba unos días experimentando unos fuertes cambios de humor. La muchacha se alteraba por cualquier cosa y la culpa de todo siempre la tenía la primera persona que se encontraba cerca de ella, es decir, Emir.

El joven intentaba no darle importancia al asunto para no pelear con su mujer. Comprendía que ella estaba estresada con el trabajo y además, apenas se estaban habituando a su nueva vida de casados.

— ¿Aun sigues aquí? —dijo Feriha entrando al departamento.

—Sí, ya me voy al club —contestó Emir poniéndose los zapatos en la entrada—. Pensé que estarías más tiempo en casa de tus padres.

Feriha había ido a visitar a su familia ya que Zehra le había dicho que quería hablar con ella. Ömer estaba teniendo problemas en la escuela y necesitaba cambiarlo de manera urgente.

—Sí, es que justo llegó Seher —explicó con fastidio.

—No puedo creer que esa mujer aun siga allí.

—Espero no sea por mucho tiempo —dijo como quien no quiere la cosa—. Por cierto, ¿crees que en esta época del año sea posible inscribir a Ömer en la escuela de Can?

—Supongo que sí, no veo el problema —contestó encogiéndose de hombros— ¿Van a cambiarlo de colegio?

—Sí, ha tenido algunos problemas con sus compañeros y mi madre considera que es lo mejor —informó sentándose en el sofá.

—Es una edad difícil.

Emir se acercó a su esposa y se acomodó a su lado. Estaba a punto de marcharse pero podía hacerlo un poco más tarde, después de todo en los últimos días habían sido pocos los momentos en los cuales habían podido estar juntos.

—Tienes razón —aceptó acariciando la mano de su esposo— ¿Crees que mañana puedas acompañarme a la escuela para inscribirlo?

—Claro, y luego podríamos aprovechar para ir a ver casas. Desde que regresamos del viaje no hemos podido encargarnos de ello.

—Lo sé, hemos estado muy ocupados con el hotel y el club. —Feriha apoyó la cabeza en el pecho de Emir y él la envolvió entre sus brazos besando su frente con mucha dulzura —. Amor, sé que en estos días he estado un poquito gruñona.