Amor sin Final (Femir)

20) Listos para la Luna de Miel

Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosos del trabajo ajeno)

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani

Luego de disfrutar un agradable almuerzo junto a los dueños de la cabaña, Emir y Feriha emprendieron el regreso hacia Estambul, y tras unas horas de viaje, ambos llegaron a su departamento en Etiler.

Si bien las maletas ya estaban listas, el vuelo a Nueva York salía dentro de unas horas, por lo cual la parejita debía preparar los últimos detalles para que nada se les pasara por alto.

—No puedo creer que estemos aquí —dijo Feriha tras poner un pie en el departamento.

—Ya ves, la vida nos está dando otra oportunidad para empezar de nuevo —comentó Emir con alegría—. Y respecto a eso, cariño, ¿qué te parece si al regresar de la luna de miel buscamos casa nueva? Sé que este es nuestro hogar, pero hemos pasado tantas cosas aquí que...

—No lo digas —interrumpió ella poniendo el dedo índice sobre los labios de su amado—. No recordemos cosas tristes.

—Tienes razón. —Emir tomó la pequeña mano de su esposa y depositó un beso suave—. Pero aun así me gustaría buscar un nuevo hogar. Siempre fue mi sueño comprarte una casa en donde pudiéramos comenzar todo de nuevo.

Ella sonrió con nostalgia, años atrás esos sueños se habían ido por la borda, pero ya nada sería como antes y ambos lo sabían.

—No te preocupes, cuando regresemos del viaje compraremos nuestra casa y la decoraremos juntos.

Emir le dio un pequeño beso en los labios.

—Así será.

Mientras la parejita disfrutaba de la dulce caricia, el timbre sonó interrumpiendo el bello momento.

— ¿Quién podrá ser? —Emir caminó hacia la puerta.

—Tal vez sea mi madre —pensó Feriha.

— ¿Hande?

—Hola Emir, yo también me alegro de verte. —La rubia se abrió paso al interior de la casa—. Feriha, ¿cómo estás? —saludó al ver a su amiga parada en medio de la sala.

—Hande, no te esperábamos. Que sorpresa.

—Solo pasé a saludarlos ya que seguramente cuando regresen de su luna de miel yo seguiré de viaje.

Hande dejó su bolso en el sofá y luego miró a los recién casados con picardía.

— ¿Y qué tal la noche de bodas? Por sus caras veo que la pasaron muy bien —comentó guiñando un ojo.

— ¡Hande! —regañó Feriha con un ligero rubor en las mejillas.

— ¿Qué?, solo digo lo que veo —se excusó con malicia haciendo que Emir curvara los labios en una sonrisa discreta.

Su amiga no tenía remedio.

—Por Allah, deja esos comentarios y mejor cuéntame si has sabido algo de Levent.

Feriha no sabía nada de su amigo y estaba preocupada. Durante todo el día había intentado no pensar en el incidente de la boda para no arruinar el mágico momento con Emir.

—El capitán terminó su declaración y pudo marcharse, pero tendrá que permanecer durante unos días en Estambul por si algo se ofrece en la investigación... Ya saben cómo son esas cosas —explicó encogiéndose de hombros.