64) Pesadilla

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Prohibida la copita total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosas con el trabajo ajeno).

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani


Luego de visitar a mi madre subí al departamento con algo de prisa, ya era más de medio día y Emir llegaría pronto.

El día de hoy tenía pensado preparar su comida favorita, él siempre era tan lindo conmigo que cada vez que podía me gustaba consentirlo.

A penas abrí la puerta de mi hogar, una botella de whisky acompañada de unos vasos sucios, llamaron mi atención. Era extraño porque le había dejado bien en claro a Emir que no quería más alcohol en la casa, su olor me provocaba nauseas debido al embarazo.

Cuando quise acercarme a la mesa para limpiar el desastre, casi tropiezo con los pantalones de mi marido que estaban tirados en el piso.

Con el ceño fruncido me agaché con cuidado y recogí la prenda en cuestión. ¡Esto era el colmo! No podía creer que Emir fuera tan descuidado, nunca antes había dejado semejante desorden. ¿Qué le ocurriría?

No tuve tiempo de meditar mis pensamientos ya que a unos pocos metros del pantalón se hallaba una camisa, y lo peor de todo era que junto a esta había unos tacones rojos y un vestido negro que estaba segura, no eran míos.

Mis ojos se abrieron de par en par y mi corazón comenzó a latir más fuerte de lo normal... Aquello no podía ser posible.

Con esfuerzo me puse de pie sujetando mi enorme vientre, y tomando una bocanada de aire para darme valor, caminé por el pasillo del departamento rumbo a la habitación.

A medida que iba avanzando me encontraba con más prendas de vestir: el bóxer de Emir, un sostén de encaje y una diminuta tanga.

Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

Pequeños gemidos y jadeos se escuchaban cada vez más fuertes, y sin querer seguir prolongado la tortura, me armé de valor e ingresé a la habitación.

En ese momento, mi corazón se detuvo y quise morirme. No podía creer lo que mis ojos estaban viendo.

Ellos no habían reparado en mi presencia, estaban muy concentrados en su asquerosa actividad. ¡Allí! ¡En mi propia cama!, los muy desgraciados se estaban revolcando completamente ajenos al mundo que los rodeaba.

Una chica pelirroja, a la cual no lograba verle el rostro, brincaba sobre MI esposo como una prostituta. Emir la aferraba fuertemente de las caderas mientras la mecía con desesperación sobre su propio cuerpo.

La mujer empezó a contorsionarse presa de un orgasmo, y antes de caer rendida sobre el cuerpo de mi marido, este le agarró los senos con lujuria dándole un apasionado beso.

Entonces, sin poder tolerar más semejante traición, tomé el espejo que decoraba la pared del cuarto, y con toda mi furia y dolor, lo arrojé al suelo rompiéndolo en cientos de pedazos.

—¡¡Maldita seas Emir!! —grité con desesperación sintiendo que las lágrimas empezaban a correr por mi rostro—. ¡Cómo pudiste hacerme esto!

—Fe-Feriha... e-esto no es... lo que parece —me dijo el muy cínico tratando de regularizar la respiración.

Haciendo gala del poco orgullo que me quedaba me dispuse a salir de la habitación con el corazón hecho trizas, no podía creer que el hombre que decía amarme tanto, fuera capaz de lastimarme de esa manera.

Amor sin Final (Femir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora