Esta historia es un fanfic de la novela turca El Secreto de Feriha.
...
¿Qué ocurrió en los diez días previos a la boda de Emir y Feriha? ¿Cómo fue que realmente...
Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosas con el trabajo ajeno).
AMOR SIN FINAL
Autora: Daiana Mibrani
Luego de que Emir y Koray se marcharon al aeropuerto, Feriha y Hande se quedaron a solas conversando. Ambas se sentaron en el sofá disfrutando de un delicioso té.
—Cuéntame cómo fue que Koray te pidió matrimonio —preguntó Feriha—. Todo ocurrió tan rápido que no hemos tenido tiempo de conversar.
Hande sonrió observando el hermoso y brillante anillo que decoraba su dedo anular. Y entonces los recuerdos llegaron a su mente.
**Flashback**
— ¡Ya Koray! ¿No vas a decirme para qué me trajiste hasta aquí?
Hande estaba muy incómoda, sus zapatos de tacón se metían entre las pequeñas piedras de la playa y no la dejaban caminar. Sería un milagro si terminaba el día sin rodar por el suelo.
—Te dije que usaras calzado cómodo.
— ¡No me dijiste que vendríamos a la playa! —refutó molesta.
Los novios acababan de bajar del muelle y caminaba por la orilla del mar. La escena hubiera sido muy romántica si no fuera porque Hande prácticamente no podía mantenerse en pie, y además de eso, el frío invernal era demasiado intenso.
—Era una sorpresa.
—Pues sí que lo fue —dijo como quien no quiere la cosa—. Mejor vamos hacia allá, no aguanto caminar por aquí.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La rubia dio unos pasos intentando alejarse de la playa, pero no pasaron ni cinco segundos cuando tropezó cayendo de bruces al suelo y arruinando toda su elegante vestimenta.
— ¡Koray! —gritó enojada.
El muchacho se acercó preocupado.
— ¿Estás bien? —preguntó agachándose a la altura de ella.
— ¿Cómo quieres que esté bien? ¡Mira esto! —refunfuñó mostrándole el tacón roto.
Koray no pudo evitar sonreír.
—Que tragedia, no logro imaginar cómo harás para sobreponerte —se burló provocando que su novia lo fulminara con la mirada.
—Deja de decir tonterías y ayúdame a levantar.
—Como digas.
Koray la cargó en brazos sin hacer mucho esfuerzo.
— ¡Qué haces! —se quejó intentando zafarse del agarre.
