Esta historia es un fanfic de la novela turca El Secreto de Feriha.
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¿Qué ocurrió en los diez días previos a la boda de Emir y Feriha? ¿Cómo fue que realmente...
Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosos con el trabajo ajeno).
AMOR SIN FINAL
Autora: Daiana Mibrani
Después de pasar unos días maravillosos en la ciudad de Niza, Emir y Feriha partieron rumbo a la hermosa y romántica ciudad de Venecia.
Esa misma noche, y acompañados solo de la luz de la luna, Emir había invitado a su bella esposa a dar un paseo nocturno en góndola.
Feriha aceptó la propuesta encantada, y tras completar el recorrido por las callejuelas de agua, ambos jóvenes terminaron cenando en un pintoresco restaurante acompañados por la suave melodía instrumental de un concierto de violines en vivo.
— ¡Me encanta esta ciudad, es mágica! —dijo Feriha mientras disfrutaba de un delicioso postre.
—Tienes razón —aceptó Emir luego de darle un sorbo a su copa de vino—. Hace tiempo que no venía a Venecia, creo que olvidé lo hermosa que era.
— ¿Cuándo viniste?
—No lo recuerdo bien, pero supongo que habré tenido la edad de Can. Vinimos con mi madre.
—Cuando se es pequeño a veces no se aprecian bien las cosas— dijo de manera pensativa.
Antes de que Emir comentara algo al respecto, la muchacha derramó accidentalmente un poco de helado sobre el elegante vestido de satén que había escogido para esa noche.
— ¡Que torpe! —se quejó limpiándose con una servilleta.
Emir se puso de pie para intentar ayudarla.
—Creo que solo estás ensuciándote más.
—Tienes razón —aceptó resignada—. Iré al baño para limpiarme con agua. Ya vuelvo.
Feriha se marchó y Emir se quedó contemplando la cálida noche estrellada que se dejaba ver a través de los amplios ventanales del restaurante.
— ¡Emir Sarrafoğlu! —exclamó una estridente voz femenina— ¡Tiempo sin vernos! Nunca pensé que te encontraría por aquí.
El muchacho miró sorprendido a la joven que lo estaba llamando. En un principió no se había dado cuenta de quién se trataba, pero al verla más de cerca pudo reconocerla perfectamente.
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— ¡Pero qué cara es esa! ¿No me digas que no recuerdas mi nombre? —preguntó divertida—. Y yo que siempre pensé que era especial para ti —agregó haciendo un puchero.
Emir maldijo entre dientes su mala suerte. ¿Por qué le pasaban esas cosas justo a él? Si Feriha regresaba y lo veía con esa chica estaba seguro de que lo mataría.
