Esta historia es un fanfic de la novela turca El Secreto de Feriha.
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¿Qué ocurrió en los diez días previos a la boda de Emir y Feriha? ¿Cómo fue que realmente...
Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosos con el trabajo ajeno).
AMOR SIN FINAL
Autora: Daiana Mibrani
Feriha entró a su habitación y se acercó a la cuna de su hijo. El bebé lloraba desconsolado buscando la atención de su madre.
Cuando la jovencita cargó a Hakan se dio cuenta de que este necesitaba un cambio de pañal urgente. Así que, sin dudarlo, limpió a su pequeño dejándolo sequito y perfumado.
—Ahora te sientes mejor, ¿verdad? —preguntó con voz dulce besándole los cachetitos.
En respuesta, el bebé sonrió balbuceando una risita suave.
Feriha lo dejó en la cuna junto a sus juguetes y lo miró enternecida. Luego se sentó en la cama sintiéndose cansada, la discusión con Emir la había dejado muy agotada.
— ¿Qué voy a hacer ahora? —susurró para sí misma.
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Feriha sabía que su esposo no la había engañado con la hermana de Yavuz, ella misma los había escuchado. Pero aun así no podía olvidar el dolor y la desilusión que le habían causado sus mentiras.
¡Emir había estado viéndose con esa chica por casi un año! ¿Cómo se supone que iba a perdonar semejante cosa?
Feriha se dejó caer en la cama completamente frustrada.
¡Sentía odio e impotencia! Por un lado, quería golpear a Emir por todo lo que había hecho, pero por el otro, simplemente no podía hacerlo. De alguna extraña manera, podía comprenderlo. Emir había querido decirle la verdad, pero el tiempo fue pasando y la situación se le salió de las manos. Cuando se dio cuenta, ya estaba atrapado en una red de intrigas y cada vez era más difícil confesar la verdad.
Feriha sonrió con ironía. Ellos ya habían pasado por eso antes y Emir había logrado perdonar sus mentiras.
—Allah —suspiró mirando hacía el techo.
Habían enfrentado tantas adversidades... ¿Por qué el destino se empeñaba en poner a prueba su amor, una y otra vez?
Hakan balbuceó para llamar la atención de su hermosa mamá. El niño estaba acostumbrado a ser el centro de atención y Feriha lo estaba ignorando.
— ¿Qué sucede mi cielo? —preguntó enderezándose en la cama.
El bebé alzó los bracitos dando a entender que quería que lo cargaran. Entonces, la chica sonrió, y acercándose a la cuna, tomó a Hakan dándole un sonoro beso en la mejilla.
—Sabes que mamá te ama mucho, ¿verdad?
El niño era tan parecido a su padre que al verlo era imposible no mirar a Emir.
