Esta historia es un fanfic de la novela turca El Secreto de Feriha.
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¿Qué ocurrió en los diez días previos a la boda de Emir y Feriha? ¿Cómo fue que realmente...
Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosas con el trabajo ajeno).
AMOR SIN FINAL
Autora: Daiana Mibrani
Seher llegó a la pensión en la que estaba viviendo junto a su tía. En su mano derecha cargaba un poco del pan que acababa de comprar en la tienda.
—Ya llegué —avisó dejando las bolsas sobre la mesa.
La muchacha se sentía cansada. Últimamente su situación económica iba de mal en peor, le quedaba muy poco del dinero que le había dado Ece, y para colmo de males, no había logrado conseguir un trabajo decente.
—Seher, ya estoy harta de vivir en este lugar —dijo Hacer apareciendo en la sala—. Ni siquiera tenemos un baño propio. ¡Estoy cansada de tener que compartirlo todo con esa gente!
Seher rodó los ojos fastidiada.
—Ya lo sé. ¿Acaso crees que me gusta estar aquí? Sabes muy bien que no tenemos otra opción, no podíamos seguir viviendo en aquella casa —comentó refiriéndose al antiguo y confortable hogar en el cual se habían estado hospedando con anterioridad.
Hacer se cruzó de brazos y miró a su sobrina con un gesto de reproche.
—Si hubieras administrado bien ese dinero no se nos habría acabado tan rápido.
Seher la miró molesta, pero prefirió callar, no estaba de ánimos para discutir.
—Lo peor de todo es que no has logrado conseguir un trabajo decente o algún hombre que te mantenga. ¿Qué vamos a hacer? Si seguimos así terminaremos en la calle.
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Seher frunció el ceño recordando la mala vida que había llevado cuando el desgraciado de Akif la abandonó. Había terminado trabajando en clubes nocturnos como dama de compañía y jamás regresaría a lo mismo.
—Si al menos no le hubieras firmado ese papel a la mujer esa, podríamos volver a pedirle dinero.
— ¡Sabes que no tuve otra opción! Si no lo hacía, Ece no me habría dado ni un solo centavo —se defendió.
— ¿Y si le pides ayuda al idiota de tu esposo? ¿Crees que puedas sacarle algo?
—A ese ni me lo nombres. —Seher sentía un gran resentimiento hacia Mehmet. El muy desgraciado se había atrevido a golpearla en medio de la calle y eso jamás se lo perdonaría—. Además, ya estamos prácticamente divorciados, solo falta el fallo final del juez.
Hacer suspiró cansada intentando encontrar algún tipo de solución que pudiera sacarlas de la inminente miseria que se les venía encima. Pero por más que le daba vueltas al asunto no se le ocurría nada.
—Tía, no te preocupes. Aún tengo un as bajo la manga.
