Amor sin Final (Femir)

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Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosas con el trabajo ajeno).

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani

Habían pasado unos días desde que Feriha se enteró de que estaba embarazada. Su situación con Emir seguía exactamente igual ya que ninguno de los dos habían sido capaces de disculparse y arreglar sus problemas.

El sentimiento de culpa no había abandonado a Emir, él se responsabilizaba por todo lo ocurrido al punto de no poder mirar a su esposa a los ojos, situación que lo había llevado a mantenerse alejado de la casa y refugiarse en su trabajo.

Tal distanciamiento había generado una gran brecha con Feriha. Ella, que estaba sumamente sensible, sentía que Emir ya no la amaba. Nada más lejano a la realidad ya que el atormentado joven se debatía buscando la mejor forma para poder acercarse y contarle toda la verdad.

Emir sentía que iba a morir si seguía manteniendo en secreto lo que había ocurrido. Quería ser sincero con Feriha, disculparse y empezar todo de nuevo, pero el temor al rechazo y a perderla eran demasiado grandes.

Feriha, por su parte, había estado experimentando una serie de profundos cambios emocionales. El tiempo le había ayudado a asimilar la noticia de su embarazo y ahora estaba profundamente enamorada de su bebé. Nunca pensó que podría llegar a sentir algo así ya que jamás se imaginó en el papel de madre, pero lo cierto era que había aprendido a querer a su hijo con cada fibra de su ser.

El temor inicial había desaparecido y ahora solo quería ser una buena madre para esa pequeña criatura que venía en camino.

Cada vez que se encontraba sola, Feriha acariciaba su vientre con dulzura y le hablaba a su bebé. Eso le ayudaba a mantenerse fuerte y en pie frente a los problemas que tenía con Emir. Aun así, ella se encontraba sumamente triste y angustiada. Su marido se había vuelto demasiado frío y distante, ya ni siquiera hacia el esfuerzo por hablarle ni disculparse, simplemente se la pasaba todo el día en el club sin demostrar el mínimo interés en su matrimonio.

De alguna manera, Feriha se sentía responsable por los problemas. Quería perdonar a Emir y arreglarlo todo, más ahora que iban a ser padres, pero su orgullo y dolor no le permitían olvidar que él la había dejado sola durante esa triste noche.

— ¡Madre! —saludó la muchacha abriéndole la puerta a Zehra.

— ¡Mi niña!, ¿cómo estás? —preguntó la mujer mientras se quitaba los zapatos en la entrada del departamento—. Mira, te traje la tarta de manzana que tanto querías.

Zehra le entregó a Feriha un pequeño paquete envuelto en servilletas.

¡El aroma era delicioso!

— ¡Te lo agradezco tanto!

— Los antojos están para cumplirlos. —Zehra siguió a su hija hasta la sala y se sentó en el sillón—. Recuerdo que durante el embarazo de Ömer también me antojé con tarta de manzana.

—Estoy segura de que sabe exquisita. —Feriha dejó el postre sobre la mesa y se fue a la cocina a preparar té.

— ¡Hija! ¿No quieres que te ayude? —gritó desde su lugar.

—No te preocupes —contestó apareciendo con una bandeja entre las manos.

Las dos mujeres bebieron té y disfrutaron de la delicia que había cocinado Zehra.

Feriha se comió prácticamente todo, y es que su antojo era demasiado grande. No pensaba en otra cosa desde hace más de un día.

—Feriha, debes comer más despacio, te puede hacer daño —regañó preocupada.