Amor sin Final (Femir)

35) "Estoy embarazada"

Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosos con el trabajo ajeno)

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani

Los intrusos rayos de sol se colaban a través de la ventana de la habitación en donde una pareja de enamorados descasaba plácidamente luego de una larga noche de plática.

Lentamente y con pereza, Emir comenzó a abrir los ojos intentando acostumbrarse a la claridad de la luz. Esa sin dudas había sido la mejor noche desde su regreso de la luna de miel: había podido descansar sin remordimientos junto al amor de su vida.

Emir movió su cuerpo intentando estirarse, y fue en ese preciso momento que, con una perfecta sincronización, Feriha hizo exactamente lo mismo abrazándolo entre sueños. Emir sonrió en respuesta y la acomodó aferrándola entre sus brazos, él aun no podía creer la noticia que había recibido hace tan solo un par de horas atrás.

***Flashback***

—Dime, te escucho.

—E-es que... no sé como decírtelo.

—Cariño, sabes que puedes decirme cualquier cosa. No tengas miedo.

Feriha se mordió los labios nerviosa mientras su esposo la miraba expectante.

—Emir yo... sé que esto tal vez te asuste porque no lo habíamos planeado, para mí tampoco fue fácil al principio, pero... yo... —La chica hizo una pausa mientras inhalaba una gran bocanada de aire intentando darse valor—. Yo... estoy embarazada.

Emir se quedó en silencio con la mirada perdida en el vacío. El impacto de la noticia había sido tan fuerte que su mente simplemente se había quedado en blanco.

Feriha lo miró a los ojos comiéndose las uñas por el nerviosismo. ¿Por qué no le decía nada? ¿Estaría enojado? Ella no sabía qué pensar, ¡su esposo se había quedado mudo y quieto como si fuera una estatua!

—Emir —susurró mordiéndose los labios. Si él no le decía algo pronto estaba segura de que no tardaría en ponerse a llorar—. Por favor, dime algo... lo que sea —pidió en súplica.

Al escuchar la voz quebrada de su mujer, el muchacho volvió en sí sin saber cómo reaccionar, estaba profundamente sorprendido con la noticia. Jamás imaginó que Feriha fuera a decirle semejante cosa.

—Feriha... yo... —balbuceó intentando articular una frase coherente—. No sé qué decir.

La joven sintió que el mundo se le venía encima. Entonces, Emir continuó hablando.

—No esperaba esto. Tú... ¿estás segura?

—Sí— susurró con la cabeza gacha sintiendo que se le humedecían los ojos.

El chico llevó una mano hacia sus cabellos y guardó silencio meditando profundamente los cambios que tendría su vida a partir de ese momento. ¡No podía creer que iba a ser padre! ¿Cómo iba hacer para estar a la altura de la situación? Sentía que era demasiada responsabilidad y temía no estar preparado.

De repente, Feriha comenzó a sollozar angustiada trayendo a Emir de vuelta a la realidad.

— ¿Feriha? Cariño, ¿qué te sucede? —preguntó tomándola del mentón.

—Lo siento —se disculpó ella arrojándose a sus brazos—. Yo sé que estás enojado conmigo, lo siento.

Emir abrió los ojos, sorprendido. No entendía las palabras de su mujer.