6) La verdadera cara de Ece

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Prohibida la copia total, parcial o adaptación (seamos respetuosos del trabajo ajeno)

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani


Una joven de cabello rubio descansaba plácidamente envuelta entre las sabanas. Las cosas últimamente no le habían salido del todo bien y necesitaba poner en orden sus ideas para pensar en nuevas estrategias.

—Señorita, en la puerta hay un joven que busca al señor Emir —informó la empleada doméstica ingresando a la habitación de Ece.

— ¡Fatma! ¿Por qué demonios me despiertas a esta hora?, te he dicho hasta el cansancio que no quiero que me molestes cuando duermo —se quejó quitándose la mascarilla que llevaba en la cara.

—Lo siento señorita Ece, es que ese joven parece importante —se excusó con miedo.

Últimamente su patrona andaba de un humor terrible y la trataba peor que nunca.

— ¡Y a mí qué me importan los asuntos de Emir!, ve y dile que no está —ordenó hastiada mientras se levantaba y se dirigía al baño.

El sueño se le había espantado y su nuevo día arrancaba de una manera poco prometedora.

Cuando Ece salió del cuarto de aseo miró por la ventana de su habitación y se dio cuenta de que su empleada hablaba con un hombre, motivada por la curiosidad, se quedó observando hasta que logró identificar a la persona que yacía en el umbral de la casa.

Sin pensarlo dos veces, Ece corrió escaleras abajo.

— ¡Yavuz! —llamó captando la atención del mafioso.

—Veo que sigues tan madrugadora como siempre. —La ironia se dibujó en sus palabras al ver a la joven en pijama.

—Nada que te sorprenda —dijo ella en un tono entre divertido y coqueto—. Pero pasa, no te quedes ahí.

Yavuz ingresó a la casa de manera despreocupada observando cuidadosamente todo a su alrededor.

—Tiene tu estilo —comentó al ver que restos de comida y platos sucios descansaban sobre la mesa—. Es curioso, para ser la casa de Sarrafoğlu luce bastante diferente a lo que era su antiguo hogar, ¿por qué será?

Ece rodó los ojos en señal de fastidio. Conocía lo suficiente a Yavuz como para darse cuenta lo que estaba intentando insinuar.

—Quizás la diferencia está en la mujer de la casa. Tengo entendido que su antigua esposa era hija de una empleada domestica, tal vez por eso sabia como mantener todo limpio y ordenado.

— ¿Terminaste? —preguntó con desinterés—. La limpieza no es tarea mía si no de esa mujer que evidentemente no sirve para nada —dijo en referencia a la servidumbre.

Yavuz se encogió de hombros.

—Solo era un comentario.

—Olvida eso. —Ece se acercó con una sonrisa sugerente—. ¿No me dirás que cambiaste de opinión y viniste a buscarme?, sabía que tarde o temprano lo harías.

La mujer comenzó a jugar con el cuello de la camisa del invitado, pero este sin dudarlo, se apartó de ella en un abrir y cerrar de ojos.

—Yavuz Sancaktar es un hombre de palabra. Te dije que me habías perdido y efectivamente así fue —espetó mirándola con autosuficiencia—. Aquel día fui al hotel para comprar las acciones de Sanem, te vi y escuché todas las cosas que le decías a esa pobre muchacha, a la ex esposa de Sarrafoğlu.

Amor sin Final (Femir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora