Esta historia es un fanfic de la novela turca El Secreto de Feriha.
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¿Qué ocurrió en los diez días previos a la boda de Emir y Feriha? ¿Cómo fue que realmente...
Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosos del trabajo ajeno)
AMOR SIN FINAL
Autora: Mibrani
Advertencias: Escenas 🔥
Luego de un delicioso almuerzo, Emir y Feriha continuaron caminando tomados de la mano por las calles de Nueva York.
—Feriha, ¿a dónde iremos ahora?
—Al lugar donde viví durante todos estos años —respondió luego de unos segundos.
Emir no dijo nada. Jamás imaginó que su esposa quisiera llevarlo allí, es decir, esa era la casa del capitán.
— ¿Ocurre algo?
—Nada —mintió sin saber qué decir.
La verdad era que Emir sentía un poco de recelo al imaginar o pensar en la casa en la que su mujer había convivido con Levent durante tanto tiempo.
—Es aquí —dijo frenando el paso y obviando la expresión de su esposo—. El departamento está bastante cerca del restaurante.
Emir contempló con detalle el alto e imponente edificio que se alzaba frente a sus ojos, fácilmente tendría cerca de 60 pisos.
—No puedo creer que esté aquí contigo —susurró llena de nostalgia—. Emir, gracias por acompañarme. Sé que para ti no va a ser fácil entrar allí, pero quiero que sepas que para mí es muy importante... Quiero que conozcas cada parte de lo que ha sido mi vida durante todo este tiempo.
Emir tomó el rostro de Feriha entre sus manos mirándola con profundo cariño.
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—Amor, yo te agradezco a ti por confiar en mí y querer compartir conmigo todos tus recuerdos. Hemos empezado todo de nuevo y ya no habrá más secretos entre nosotros.
—No más secretos —susurró poniéndose en puntitas para darle un tierno beso en los labios.
Después de subir al elevador y marcar el piso 33, ambos jóvenes se detuvieron frente a una puerta de color blanco. Feriha rebuscó las llaves en su bolso, y sin más preámbulos, entró en la casa siendo seguida por Emir.
—Bien... aquí estamos —dijo con una extraña sensación. De verdad ella no podía creer que Emir estuviera allí. Si semanas atrás alguien se lo hubiese dicho, definitivamente se habría echado a reír.
—No parece el estilo del capitán —comentó el muchacho observando con curiosidad todo lo que lo rodeaba.
Aquella casa tenía un estilo demasiado clásico y elegante.
—Es que el departamento era de la señora Nevbahar. Ella fue quien se encargó de la decoración —informó quitándose los zapatos.
— ¿No me digas que aquí también hacías eso? —Emir la miró con gracia.
