EL EFECTO DARYL DIXON (5)

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NO Y YA

Limpiar la bajilla sonaba más fácil de lo que era. Por principio decuentas, Daryl ni siquiera pudo llegar a la cocina en su primer intento de ir a su sala mental, simplemente no la encontró, y cuando finalmente lo consiguió, al quinto intento, la puerta estaba cerrada por dentro, atascada.

Dos días más intentando abrir la puerta y finalmente apareció Darling desde el interior para abrir y dejarle pasar, y era ridículo, se dijo, porque si todo esto lo estaba imaginando, era absurdo que le estuviera costando tanto trabajo.

No lo era, lo calmó Dexter cuando, en una consulta médica para mantener su expediente avanzando, fue más bien Paul quien comentó lasdificultades que estaba teniendo Daryl y lo mucho y bien que se estaba esforzando.

Dexter le recordó que su mente trabajaba «dividida». Necesitaba unir su mente a la de la mente que manejara la cocina, y en un cerebro acostumbrado a tenerlo todo separado, pedir unir dos cosas en una era como el trabajo del zurdo para convertirlo en diestro o del diestro para aprender a usar la mano izquierda: se está obligando al cerebro a funcionar con un lado del cerebro que no acostumbra usarse para una función que no se usa habitualmente.

Dexter recetó un relajante en gotas que debía ponerse en los ojos y lo ayudaría en sus ejercicios mentales para mantener su ansiedad y estrés estable, pero debería usarlo únicamente en sus días detrabajo o en sus días de terapia, y debía ponerlas al menos treintaminutos antes.

Las gotas funcionaron; Daryl entró en la cocina y echó un vistazo al pequeño desastre.

Una enorme cocina con pocos muebles, algunos de ellos incluso los reconoció de su infancia, como la horrenda alacena de tía Paty o esa estufa anticuada de la abuela, miró la bajilla, en su mayoría guardada en puertas de cristales, bajilla sucia pero no vieja, muy decorada con horrendos manchones de colores. Cuando tomó el primer plato que encontró, sintió un mareo, vio a Darling paseándose por la cocina como despidiéndose de las cosas o pensando qué ocultar para que no se rompa, con Gray sentado en una silla alta en un rincón mirándolo todo, pero los demás no estaban. De pronto sintió la necesidad de confirmar que estaba seguro, repasó en su mente dónde estaba el pilar y dónde la manta, pero también murmuró en el mundo real, con voz pastosa, drogada, si seguían allí, y sintió al castaño tomarle la mano y escuchó, muy lejos pero muy bien, a Glenn diciéndole Aquí estamos, amigo.

Respiró profundo, levantó el plato listo para arrojarlo, y no pudo.

—Entonces... ¿entras a las terapias? —preguntó Glenn en un susurro para no sacar a Daryl de su mundo—, ¿eso se puede?

—Alex dice que en un paciente con trastorno pos traumático, severo o no, es importante que se sienta seguro y a menudo eso sólo se logra si tiene a alguien de confianza al lado —dijo Jesús acariciando distraídamente la mano que sujetaba de Daryl.

Una cosa en la que la gente con traumas severos de la infancia necesitaba tratar era en la confianza. Su necesidad de sentirse seguros todo el tiempo; el TID y el TEP tenían en común el eterno estado de alerta, la diferencia es que uno era demasiado obvio y el otro tenía partes que estaban alertas mientras se fingía normalidad, así que necesitaban que Daryl se relajara en sus terapias y Jesús lo tranquilizaba, y confiaba en Glenn y Rick, pero ellos no conocían conscientemente a sus alters y todavía prefería que no lo hicieran.

El hombre se quedó con el plato entre las manos, petrificado, decidido a que era el plato con que Merle siempre le servía su frase de que sólo él se preocupaba realmente por el pelinegro. No pudo soltarlo, lo intentó con fuerza y empezó a desesperarse, entonces, de la nada, como un torbellino, entró Mark, le arrancó el plato y lo arrojó al suelo con ira contenida. "Hijo de perra", masculló escupiendo al plato roto.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora