WALK WITH THE DEVIL (2)

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Capítulo 6:

Fui a la casa de los Dixon para hablar con las niñas y planear esa nochede Halloween. Los disfraces que tendrían, la comida que querrían cenar y las películas que querían ver.

Aquella noche después de hablar con las emocionadas niñas sobre de Halloween, y luego de hablar sobre ir a comprar sus disfraces, ayudé al moreno a llevarlas a la cama, cambiarles el pijama y dormirlas.

—Nunca he sido fan de los niños —admití volviendo a la sala con el pelinegro.

—Igual —me dijo él simplemente. Él no había querido hijos, pero Connie no le pidió permiso y él tampoco hizo mucho por evitarlo, creyendo que ella no querría hijos de un tipo como él y se estaría cuidando, pero no, se embarazó y se lo dijo al hombre la siguiente vez que se encontraron—. Fue cuando decidimos formalizar lo que fuera que estuviéramos haciendo.

—Tus niñas salieron hermosas —dije yendo con él para sentarme en sus piernas.

Daryl pareció desconcertado a pesar de que sus manos me tomaron por la cintura, y casi enseguida pude sentir su entrepierna despertando bajo el pantalón.

—Aquí no habrá niños de por medio —dije pasando mis manos suavemente por su cuello—; nada de sorpresas... no de esas, por lo menos.

Acaricié su cuello, sus hombros y sus brazos. Pasé mis dedos por su pecho y llevé las manos a su nuca sujetándolo por los cabellos para hacerlo inclinar la cabeza obligándolo a mirarme, y moví las caderas restregándome contra él y él movió las suyas restregándose contra mí.

El moreno masculló algo que no llegaron a ser palabras y tiró de mí para besarme.

—Daryl...

No había comprado condones todavía, ni nada para el momento. Sin embargo no nos detuvimos, continuamos frotando nuestros cuerpos en una danza lenta mientras nos besábamos y las manos recorrían los cuerpos ajenos, gimiendo a momentos. No me desvestí ni intenté quitarle la ropa. Con todo, llevamos aquello hasta su dormitorio donde lo empujé a la cama bocabajo y me recosté sobre de él restregando mi entrepierna vestida contra su trasero.

—Mmm...

Como si fuéramos un par de adolescentes, me froté contra él sinq uitarme la ropa, causando fricción agradable contra mi polla, chupando su nuca y jadeando contra su oreja, y Daryl jadeó con fuerza contra la almohada empujando sus propias caderas contra el colchón para causar la fricción que a él lo aliviaba.

Me corrí dentro de mis propias ropas, todavía, y él hizo otro tanto.

Quise reírme de eso, pero todavía me sentía lo suficientemente excitado. Todo cuanto hicimos luego fue quitarnos los pantalones y la ropa interior ahora manchada, me ofreció una playera larga para usarla de pijama y él cambió sus boxer negándose a quitarse la camiseta que usaba.

Nos recostamos lado a lado sin pronunciar palabra, recobrando la compostura y jadeando por lo bajo.

Las grandes manos del moreno recorrieron mis contornos acercándome más a él, enredamos nuestros cuerpos y seguimos restregándonos ahora con ropa más ligera, sin movernos demasiado, gimiendo boca a boca, respirando pesado, besándonos, susurrando el nombre del otro mientras su pierna se metía entre las mías y yo empujaba mi rodillacontra su polla.

***

Desperté al día siguiente con el suave zumbido de mi teléfono móvil vibrando.

Me desenredé lentamente del abrazo del hombre y salí al balcón para contestarlo.

—Ayer no te reportaste, nos estábamos preocupando —me dijo Jon del otro lado—, te marqué en la madrugada pero no respondiste—: miré de soslayo hacia la cama donde seguía durmiendo Daryl.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora