LO QUE NO SABÍAS DE DARYL DIXON (3)

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Capítulo 4

Desde Kinsey condujeron por todo Watson Bridge hasta Otis Buie y Old Webb.

Andar por sobre los caminos era tan entretenido como agobiante: el paisaje cambiaba cada veinte minutos y ambos hombres se detenían sólo un par de veces al día, a menos que Rovia encontrara un sitio que quisiera dibujar o fotografiar para el recuerdo, como cuando se encontraron con un muchacho granjero empujando una vaca gigante atascada en el fango de la carretera y Paul fue a ayudarlo, y cuando la liberaron del lodo, el motociclista le tomó una foto al castaño como recuerdo al lado de la vaca que estaba de su tamaño y ambos cubiertos de fango. Así que el joven los dejó ir a su granja para darse una ducha y se quedaron a cenar con la familia, venían de irlandeces mudados a Estados Unidos, una familia numerosa muy religiosa y amable a la que Jesús tomó una foto. Siendo octubre, los granjeros tenían mucho trabajo en el campo y aceptaron a ambos hombres como mano de obra pagándoles nueve dólares por el día y les dieron techo en la casa familiar. Daryl Dixon vestido de vaquero, con su sombrero y en camiseta ayudando a levantar cargas de vegetales en camionetas, era sin duda algo que Paul jamás podría olvidar; la hija mayor se hizo fácilmente amiga de Rovia y él terminó contándole su historia de cómo había terminado viajando por carretera con el moreno, a ella también le dijo que eran novios, y Maggie se sorprendió, había conocido en la universidad a un par de homosexuales, nunca los trató, pero definitivamente no se parecían a Jesús ni a Dixon.

En sus días en la granja, el moreno y la menor de la familia, Beth, hicieron una relación semejante a la de Paul y Maggie. Era fácil encontrarlos juntos ayudando en la granja y ella siempre hablaba y hablaba y hablaba mientras él asentía y gruñía, definitivamente a la pequeña rubia le gustaba el motociclista, aunque ella supo la versión de la historia de Daryl donde Paul y él eran pareja más como un par de tipos que viajan por carretera sólo porque sí, porque pueden, porque quieren. Cierta tarde, el pelinegro estaba de pie fumando y mirando los terrenos en silencio, contemplando la suave lluvia que caía, con Beth de pie a su lado contándole algo sobre cosechas pasadas, tan cómodos juntos que al verlos Jesús pensó que quizá el motociclista pertenecía a un sitio así a pesar de su apariencia de rudo viajero de caminos y cantinas: —Soy demasiado viejo para ella —bufó Daryl cuando Rovia bromeó sobre que hacían bonita pareja. Paul hizo una trompetilla, ¿desde cuándo le importaban los asuntos de edad?

Permanecieron en la granja tan sólo una semana, pero se sintió como si se hubiesen quedado un mes entero; pasar el Halloween en la granja fue divertido, hubo una cena, una fogata, mucha sidra de manzana e historias de terror, con el moreno contando algo sobre un encuentro con el chupacabras que divirtió a Jesús y aterró a Beth.

—Te quedaba bien la apariencia de vaquero, vaquero —bromeó Jesús mientras rodaban sobre la 52—, podría imaginarte siendo granjero, ¿sabes?

—Había granjas cerca de mi casa —contó cuando se detuvieron en una pequeña y muy precaria gasolinera para cargar el tanque y consultar un mapa de carretera—, trabajé una primavera en una de ellas cuando tenía algo menos de once años. —Paul lo miró con grandes ojos, ¿era legal que los niños trabajaran a esas edades? —Mi padre se gastaba su dinero en mujeres y alcohol, así que saqué dinero de mi modo y no pretendo dedicar más tiempo de lo necesario a recolectar huevos y ordeñar vacas.

En Donasonville, se alojaron en Days Inn durante cuatro noches. Esta vez no fue cosa de trabajo, sólo una parada para descansar, así que pudieron recorrer el pueblo como un par de turistas, paseándose entre las calles y visitaron el río Chattahoochee, que quedaba a poco menos de una hora de allí. Rentaron una lancha y anduvieron un rato por el río, y pescaron en un lago artificial rentando el equipamiento y siguiendo las técnicas que les enseñara Dale. Esa tarde, mientras asaban sus pescados en un buen fuego, disfrutando del calor del fogón, Paul finalmente se atrevió a preguntarle a Daryl si había aprendido sus habilidades de mecánico y reparando lavadoras sobre la carretera.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora