LIEBE ZU MÄNNERN

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Capítulo 3

Dormir con Aarón nunca había significado un problema entre ellos, eran los típicos amigos que habían dormido juntos en una misma cama en cada fiesta o en la casa del otro si alguno estaba ebrio más de la cuenta.

—Es una hermosa casa, ¿cierto? —preguntó Eric con una sonrisa—, me gustaría vivir en un lugar así cuando sea viejo.

La estancia durante aquellos días fue divertida de un modo simple. La primera noche en que llegaron, Aarón había bromeado diciéndoles al moreno y a Ericque no hicieran ruidos extraños, y el pelirrojo se había reído asegurándole que no serían extraños precisamente sus ruidos. Jesús rodó los ojos a eso, pero al moreno pareció tensarlo, lo vio torcer la boca y bajar la mirada de pronto encontrando muy entretenido el piso.

No hubo ruidos extraños, y a la mañana siguiente Jesús salió a la sala donde encontró ya despierto a Daryl, de modo que tuvieron uno quince minutos para ambos antes de que Aarón y Eric se unieran a ellos, todavía bostezando, y mientras tanto hablaron de motocicletas, con el pelinegro muy entretenido intentando explicarle algo a Jesús sobre cómo armó su motocicleta desde cero, y se le veía tan orgulloso de sí mismo, que el castaño no pudo sino odiar un poco a los otros dos que llegaron a interrumpirlos con alguna charla incipiente sobre ir a comprar cerveza y esas cosas para soportar los calores. Prepararon el desayuno entre los cuatro, waffles de todos los estilos, con Eric y Aarón teniendo una charla seria sobre si eran mejor con miel o mermelada, y el pelinegro cocinando un poco de huevo y tocino para acompañar los suyos, mientras que Rovia los prefirió sin nada para poder remojarlos en su café matutino.

—Estoy yendo a comprar cerveza y botanas —anunció Aarón en algún momento, y miró a los otros tres como esperando que alguien dijera algo.

Ante el silencio, Eric le pidió a Daryl que fuera con Aarón para ayudar a cargar las cosas y él y Rovia se quedaron en la casa arreglando todo para poder pasar el día completo en la piscina; veinte minutos más tarde, cuando volvieron los otros dos, pudieron meterse en el agua refrescante donde chapotearon un rato.

El pelinegro no, él se quedó fuera del agua sólo remojando los pies y disfrutando del sol, mientras que el resto de amigos estaba sólo con los bañadores jugando en el agua, él se negó a quitarse la camiseta, aunque usó una gris tan delgada que Paul pudo distinguir la razón de que no quisiera quitarse la ropa, allí debajo había profundas marcas de cicatrices que no pudo evitar mirar. Además, Daryl confesó no saber nadar, por lo que Aarón terminó dándole algunas lecciones y Eric empujó a Jesús al agua y tuvieron un enfrentamiento arrojándose agua encima.

Fue lo que Dixo llamaría un buen día, ver a Aarón tomando el sol con su cerveza en la mano, a Rovia arrojándose clavados y a Eric chapoteando mientras cantaba a todo pulmón lo que fuese que hubiese puesto en la radio, sólo abandonando un rato la piscina para ir a preparar unos emparedados. Y por la noche, cuando había oscurecido, Eric encendió las luces exteriores decidido a no meterse en la casa sino hasta que en verdad se hartara del agua. Discretamente, mientras nadie le prestaba atención, bastante ahíto de todo aquello, Paul se escabulló de vuelta al interior de la casa y se fue al dormitorio.

Se tumbó en la cama sin importarle demasiado que sus cabellos mojaran la almohada, y allí se quedó mirando el techo por un tiempo indefinido. Luego, de pronto, Daryl entró con él tumbándose a su costado y preguntándole si algo iba mal.

"No en verdad", respondió Paul mirando al hombre delante suyo, ojos contra ojos.

Silencio, simplemente se quedaron allí tumbados mirándose entre ambos, hasta que Daryl se inclinó un poco más cerca reduciendo la distancia entre sus rostros a centímetros, y Jesús cerró la distancia juntando sus labios a los del otro, moviendo un poco la boca para morderle el labio inferior suspirando contra su aliento, y el moreno se estrechó más a él colocando tentativamente una de sus manos en la cintura de Rovia.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora