WOLF INSTINCT (2)

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CAPÍTULO 3: Bajos Instintos.

—Le duele la garganta. Tuvo un poco de fiebre anoche —suspira Rovia con aire preocupado mientras su pequeño dormita en la silla alta que el pelinegro ha conseguido para él. Ahora es finales de noviembre y el clima en Georgia es muy distinto al de Richmond, en Virginia, la temperatura más baja en lo más crudo del invierno, junto al río,era de trece grados, aquí noviembre está en sus últimas semanas y ya están a trece grados, y bajando, al castaño no le extraña que su pequeño se haya enfermado.

—Le compraré un jarabe cuando vuelva de la escuela —dice Ash mirando al niño.

Los Dixon tratan de no parecer preocupados, pero es evidente que no les gusta ver cabizbajo a un niño tan animado.

El moreno saca de su ropa el dinero y se lo alcanza a Ash.

—Regreso lo más temprano —promete el adolescente saliendo de su casa con el almuerzo que Daryl ya preparó para él. Ahora mismo Alison está fresco, aunque cansado, y Daryl manda al bebé y a la madre de regreso a la cama, que descansen, ya pedirá comida rápida para comer hoy, seguro que Carol tiene algún alimento casero para cachorros enfermos, ella es una experta en eso, le dice a Jesús.

Paul realmente se queda dormido con su pequeño y no despierta sino hasta que escucha que llaman a la puerta. Pero igualmente escucha a Ash responde y abrir. Dejando al pequeño en cama, dormido abrazando su horrible peluche de Halloween, va a la sala donde está la puerta y encuentra al adolescente hablando con una mujer de cabello corto que lleva una olla entre las manos.

Ash la presenta como Carol, la mejor amiga de su papá, vive a poco menos de dos cuadras de allí con sus dos hijas, una de ellas, la menor, es amiga de Ash, Sofía. La madre es alfa, así como su hija mayor, pero Sofía es gama, es decir, una persona común. A Ash le gusta la niña, tímida, sonriente y asustadiza, pero jamás lo dirá en voz alta, de todos modos, la madre lo asusta, por mucho que la quiera, y lo aterrorizaría como suegra, así que mejor no.

Carol ha traído un caldo espeso para la madre y su hijo.

—Daryl me ha hablando mucho de ustedes dos, todo un mes en medio y apenas nos conocemos —dice ella, que es no más de dos años mayor que Daryl, quizá, lo que significa que su primer hija fue un embarazo adolescente, como Jesús, así que Rovia comprende que el moreno haya sentido simpatía por él en lugar de juzgarlo como la mayoría hace.

Carol le dice que el caldo los hará sudar toda la noche y para mañana estarán como nuevos, y diciendo esto, se despide tranquilamente besando la cabeza de Ash y sonriendo a Paul. Cuando cierra la puerta, el adolescente se estremece.

Daryl cierra temprano el taller y vuelve arriba con comida a domicilio, así que la familia come junta, aunque Alison sin demasiado apetito y el castaño comprobando obsesivamente la temperatura del bebé.

Ash ha traído la medicina, así que todo estará bien, se dice a sí mismo.

Esa noche, por supuesto, Paul cena el caldo espeso junto con su hijo, aunque él no se siente enfermo, es mejor prevenir para que no se vaya a contagiar.

Ash se va pronto a la cama porque hay escuela mañana y Daryl se queda lavando los trastes mientras Rovia trata de dormir a un Alison que no para de llorar, y cuando acaba, llega al rescate. Carga al pequeño y se pasea con él por toda la casa hasta que lo tranquiliza y luego lo lleva a la cama donde se deja abrazar hasta que el bebé se queda dormido. El castaño entra silenciosamente y sonríe al ver al hombre sentado en la cama, mirando dormir a Alison.

Si mañana no está mejor, lo llevarán al médico, masculla; se siente un poco fuera del agua, los alfa no suelen enfermarse, su genética está pensada para ser el top de la reproducción, así que Ash se ha enfermado tres veces en su vida, una a los pocos meses de nacer, pero Leah se encargó, otra a los pocos años algo antes de que Leah muriera y el médico de su manada se encargó, y a los siete, pero fue apenas menos que un resfriado común.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora