NADIE QUIERE MORIR SOLO

881 48 80
                                    

CAPÍTULO 1

Nunca fue un fanático de los sentimientos.

Las clases de artes marciales lo ayudaron a manejar la ira, el rencor, los celos.

Fue a terapia y practicó la meditación para deshacerse del miedo, del dolor, de la nostalgia. Tampoco había sido nunca precisamente alguien feliz que iba por allí creyendo que el día era hermoso y que la vida era buena.

Más específicamente, Paul buscaba la paz y la calma, y no odiaba el amor, no se malentienda, lo que detestaba era el enamoramiento, el momento más patético de su existencia; se había enamorado un par de veces, una vez a los once que fue su primer amor y tuvo que ocultarlo porque comprendió que lo molerían a golpes y fingió ser heterosexual por casi dos años. La segunda vez fue a los dieciséis, y rebotaba de la alegría por el chico que quería y que dijo quererlo y que luego sólo jugó con él, lo engañó con una chica y, para colmo, mintió a todos diciendo que sólo Jesús era el homosexual y en la secundaria lo comenzaron a acosar.

Luego sólo maduró, comprendió las reglas del juego y jugó.

No tuvo novios, sólo parejas, y jamás se enamoró de sus parejas, no odiaba el amor, detestaba enamorarse.

Por suerte, el nuevo mundo facilitó su filosofía de vida de buscar la paz, alejarse de lo malo, alejarse de lo engañosamente bueno, y no enamoramiento... El asunto era que Daryl no se lo estaba poniendo fácil.

El tipo le gustó a segunda vista, cuando agitó esa soda y se la arrojó por si le daba sed más tarde, le pareció rudo, le pareció brusco, le pareció ácido, le pareció divertido y le pareció amable. ¡No Paul, prohibido enamorarse!

Luego se vino la guerra y pudo olvidar su incipiente enamoramiento.

Pelearon juntos la gran mayoría de las veces, y Jesús no pudo dejar de notar la fiereza de esa mirada. Durmieron juntos alguna noche en su remolque mientras el pelinegro se alojaba en Hilltop, y se encargó de no dirigirle más de una mirada mientras descansaba. Comieron juntos sin realmente hablar de nada, y al final de la guerra trabajaron juntos en la recuperación de las ciudades y la fortificación de los muros.

Alejandría había sido terminada de construirse dos meses atrás, y Paul pensó, mientras veía al hombre subir en su motocicleta siguiendo a los coches, que su tortura había terminado allí, finalmente, excepto porque no, Dixon estuvo de vuelta en Hilltop hacia finales de junio. Llegó montado en su motocicleta con Carl sentado atrás abrazado a su espalda.

Paul, que había recuperado algo de su calma cotidiana, notó el modo en que su corazón se aceleró al ver al hombre bajar de su motocicleta limpiándose con una mano el sudor que le goteaba, con los duros brazos bronceados a la vista y rascándose el cuello haciendo que los bíceps sobresaltaran.

—¡Carl! —apareció corriendo Enid para abrazar a su chico y besarlo tiernamente en los labios.

Maggie ahora muy embarazada, corrió hacia Daryl para abrazarlo y Paul, detrás de Maggie, sintió el corazón taladrándole en el pecho, las mariposas en el estómago y los nervios en las venas, cuando la gris mirada de Daryl se fijó un instante en él antes de asentir amanera de saludo.

—¿A qué se debe el honor? —preguntó Jesús obligándose a parecer tranquilo.

—Queremos saber si podemos mudarnos aquí con ustedes —dijo Carl; Daryl no quería vivir donde estaba Negan y Carl necesitaba espacio de su padre y su nueva familia con Judith y Michonne, espacio para convertirse en un hombre, dijo, y se unió al cazador cuando supo que se estaba marchando, y Paul rogó en silencio para un no, pero Maggie dijo que sí, desde luego; la mujer mandó los acomodaran en una de las habitaciones de la mansión, el pelinegro anunció que necesitaban Carl y él una ducha urgente, estaban sudados, y él quería quitarse el polvo del camino y se sentía caliente: "No sólo te sientes", pensó Paul apartando la mirada. Maggie se llevó a Daryl a la mansión y Jesús se quedó atrás preparando el alojamiento: cuando estuvo el dormitorio listo, fue a las duchas pensando más bien en nada sólo queriendo decirles sobre su cuarto y deshacerse de ese trabajo lo antes posible.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora