DESUS. Daryl y Jesús

UNAVOIDABLE

Capítulo Único

Hubo un momento de tensión en que ambos hombres se quedaron mirando. Luego, cuando pareció que se mirarían para siempre, tal vez, el arquero estiró una mano y la posó un poco bruscamente sobre la frente de Rovia.

—¿Qué...? —empezó Rovia.

Pausa.

—¡No tengo fiebre! —soltó luego al comprender, rodando los ojos. Tres minutos atrás, tan sólo, el moreno y el castaño habían estado trabajando clasificando las armas que habían conseguido tras el asalto a la base de los Salvadores cuando, de pronto, en un arranque de valor o algo parecido, Paul se había vuelto hacia Daryl y soltó, a bocajarro "Creo que me gustas", fue entonces cuando ambos hombres se quedaron mirando. Paul esperando una reacción del mayor, podía ser una reacción violenta e incluso indiferente, que eran las dos versiones que parecía tener, pero no esperó aquella.

El pelinegro torció la boca y masculló que en realidad sí se sentía un poco caliente.

—Estoy vivo, eso suele mantenerme un poco caliente —se defendió el aludido, no estaba enfermo y no se había confesado por alguna especie de delirio.

—No —soltó entonces Daryl, contundente—. Mañana vamos a ir a la emboscada.

—Sí, ¿y?

Al otro día sucedería finalmente el choque de trenes. Negan pretendía emboscarlo y Rick lo sabía gracias a Dwight, así que ahora Rick pretendía emboscar la emboscada de Negan, sería una batalla de todo o nada y dado el número de armas y soldados... bueno, ellos llevaban la desventaja.

Rovia tenía que estar pensando en eso, comprendió el moreno, se había declarado porque creía que tal vez no tendría otra oportunidad, porque las cosas malas pasan, porque necesitaba aferrarse a algo o a alguien para tener razones de vivir.

—Vas a vivir para ver muchos otros mañanas.

—Ese es el plan, ¿y?

—Cuando se te pase la ansiedad y la adrenalina ya no voy a gustarte.

—¿Qué? ¿Qué tiene que ver eso con esto? Estoy un poco confundido aquí...

—Exacto —asintió el pelinegro y, como si con eso se diera por satisfecho, se dio la vuelta y se alejó de allí.

Así que el día pasó, el tiempo corrió, la batalla sucedió, ganaron sin siquiera tener que pelear realmente, y, sorpresivamente, ganaron gracias a Eugene, los Salvadores, todos o en su mayoría, terminaron con esquirlas de balas en la cara, sin ojos o sin manos.

Un uno contra uno de Rick contra Negan y el enorme hombre cayó muerto con la garganta degollada mientras Rick se quedaba tumbado en el pasto con un pie roto en un ángulo extraño; entonces, súbitamente, fue como si el mundo se ralentizara. Rick fue llevado a la enfermería en Hilltop donde Alex le regresó el pie a su lugar y lo mantuvo encama, y el cuerpo de Negan fue incinerado con el resto de los Salvadores en una pira de cadáveres a no menos de cinco kilómetros de distancia de Alejandría. Y a la mañana siguiente, antes incluso de empezar con nuevos planes y preparativos y todas esas cosas, Maggie concedió a su gente un día de descanso y celebración con hogueras encendidas todo el día.

Eran mediados de octubre, más o menos, y los días empezaban a hacerse más cortos y las noches, más largas. Los líderes habían decidido mantener juntas a las tres comunidades aliadas hasta que el verdadero peligro hubiera pasado y los Salvadores que huyeron fueran atrapados.Y el sitio elegido fue Alejandría, así que todos marcharían allá al otro día.

Aquella primera noche de libertad y victoria, la gente encendió hogueras, cocinó a fuego, cantó, bailó, tocó viejas guitarras y violines, los amantes se besaron y, los que menos, se dieron un momento finalmente para llorar a sus muertos. El pelinegro permaneció entre todos larga media hora hasta que aquella algarabía lo ahogó lo suficiente, entonces volvió a la pequeña casa metálica de Jesús y, cerveza en mano, trepó al techo donde se quedó fumando y mirando la luna llena; cuánto tiempo estuvo allí, a solas, con los pensamientos en blanco, difícil saberlo, sin embargo, tampoco se sorprendió cuando en algún momento subió y se sentó a su lado el dueño del hogar.