CHILD'S MEMORIES

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Capítulo1: LA CUEVA DE ENEBA

—¿Hiedra? —preguntó el pelinegro—, ¿con espinas?—, limpió la sangre de su cuchillo en un trozo de tela y miró a Jesús, que caminaba a su derecha, algunos pasos por delante del resto de grupo que los seguía de cerca—. ¿Blanca o roja, las espinas?

—De punta azul —respondió el castaño—, Maggie quiere ese campo para los cultivos, pero se aferra la desgraciada a la tierra y no tenemos máquinas de arado.

—Si es de un color brillante atrae pájaros o insectos, las raíces son cortas, pero se entrelazan bajo la tierra —le dijo el pelinegro guardando su puñal y arrojando a un lado el cuerpo del Caminante que acababa de matar—, lo mejor es quemarlas, fuego controlado, y luego mover la tierra calentada.

—Lo tengo —asintió Rovia saltando el cadáver.

—Le diré a Rick para que ofrezca ayuda a Hilltop. A nadie le conviene un incendio que se salga de control. —Siguieron andando por la ruta a orillas del río, tan tranquilos como si estuvieran en cualquier expedición, no en una de las tantas misiones de exploración.

—Hablaré también con Ezekiel.

—Hazlo.

Rick estaba decidido a tener un mapa de las rutas colindantes a las tres comunidades, ahora que las carreteras no existían y los caminos habían desaparecido o sido invadidos por la naturaleza, en su mayoría, el hombre quería abrir nuevas rutas, algunas que sólo ellos conocieran contra posibles futuros enemigos.

Esta ruta, la que Maggie había señalado como «Área 6, Ruta 67, Norte, Beings-Peace», era una de las que comunicarían Hilltop y Alejandría, no para el comercio, sino para una posible futura guerra, una ruta de escape, acercamiento o concentración, dependiendo de lo que se necesitara.

Sin camino, siguiendo paralelo al río más allá de lo explorado todavía, allí donde las tormentas veraniegas habían derribado árboles y truenos habían partido en dos hasta las piedras; ahora que otoño empezaba y la naturaleza moría, dando descanso y oportunidad para la exploración, Rick y Maggie habían elegido a sus mejores oteadores para trazar la ruta mirando la zona. Detrás de los expertos en su materia, Rosita y Aarón iban como apoyo por parte de Alejandría, en tanto que de Hilltop los acompañaban Sasha y Wes. Los cuatro iban un par de metros por detrás, trazando en papel la ruta y describiendo en libretas lo que veían, porque Daryl y Jesús parecían muy seguros al decir que lo estaban anotando todo en sus cabezas... aunque claramente iban conversando además de sólo concentrarse en ver.

Tampoco es que hablaran mucho, ambos eran hombres demasiado ocupados en sus respectivas localidades y cuando se encontraban era por cuestiones de trabajo y sus charlas, por supuesto, tenía que ver con más deberes. No se llevaban mal, sus tratos eran cordiales y sus modos, casuales, pero nadie habría dicho tampoco que eran amigos. De todos modos,para lo antisocial de Daryl y lo asocial de Rovia, podía decirse que se llevaban bien. Y trabajaban bien juntos.

De pronto, ambos hombres levantaron un puño y el grupo de atrás se detuvo y guardó silencio: todos prestaron atención y Daryl apuntó con su cuchillo hacia las raíces salidas de un enorme árbol, allí donde había un cuerpo; Paul suspiró con vago pesar. Era Steve, de Alejandría, el chico que se había perdido hacía casi dos semanas. El moreno lo recordaba, quiso salir a buscarlo, pero no recordaba su nombre, en su cabeza sólo era "el chico que grita por las arañas".

—¿Lo mataron? —preguntó Sasha apuntando con su rifle entre la hierba alta.

—No, tuvo una herida —respondió el pelinegro. Su cuerpo no mostraba mordidas ni heridas mayores, sólo una contusión y la herida en su pierna derecha que se debió infectar—, ni siquiera los animales vinieron al aroma de su sangre debido a la infección—, miró el cuerpo al acercarse y éste abrió los ojos ya convertido, gruñendo y estirando las manos hacia él, pero uno de los cuchillos de Jesús salió girando en el aire para clavarse en su cabeza.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora