NANNY (3)

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CAPÍTULO 6

Deslizarse hundiéndose en el moreno.

Escuchar sus gritos ahogados en cada estocada; mirarlo completamente desnudo,aferrado a la cama y aprisionando las caderas de Jesús con sus piernas. El silencio de la habitación, de la casa entera, acentuado por el sonido de las respiraciones pesadas, del movimiento de la cama acompasado con cada estocada, y los gemidos de Jesús mientras salía y entraba. Jesús lamió cada trozo de piel que pudo y susurró todas las obscenidades del mundo al oído del moreno.

—Ahhh...

—Mmmh...

Se besaron como si lo necesitaran incluso más que el aire y saborearon la saliva ajena mientras los cuerpos goteaban el sudor que se iba acumulando en la piel ardiente y enrojecida del esfuerzo del instante: habría marcas de moretones y chupetones en la piel para cuando aquello terminara, y supieron cuando iba a terminar en el momento en que las estocadas se aceleraron hasta poner a crujir la cama y Jesús gimió con más fuerza de lo que le habría gustado, pero incapaz de evitarlo, sintió su vientre tensándose, los testículos endurecidos golpeando la blanda carne de Daryl provocando un sonido descarado, y, jadeando, oyó a Daryl empezar a decirle algo que sonó mucho a "Ven por mí"; y fue exactamente eso lo que hizo.

Clavó al hombre en la cama empujando con todas las fuerzas que le quedaban, sonriendo al verlo arquear la espalda y jadear aferrado a Rovia. Y entonces todo él se quedó quieto, clavado en el sentido más literal en el interior del pelinegro, sintiendo los músculos apretar su polla y las descargas de electricidad en toda su zona baja.

Se quedó allí dentro hasta que no le quedó nada más por derramar y entonces se desplomó sobre de su amante, abrazándolo con fuerza y volviendo a besarse; el pelinegro parecía satisfecho mientras recuperaba la respiración y sus manos sujetaban las caderas de Paul. Luego de un minuto o dos, Rovia se deslizó al costado y desde allí continuó besando al hombre por todas partes y tanto como pudo. El pelinegro le respondió cada beso hasta que, finalmente, la pasión se calmó y quedaron sólo ellos dos recostados en la cama mirándose a la cara.

—Sí, ya extrañaba el sexo —susurró el moreno.

—Por favor, dime que no estoy soñando, porque ya me cansé de soñar que estamos follando—; de pronto le vino encima todo el cansancio delas noches de insomnio y de pesadillas, con todo, no quería dormirse o creía que al despertar el moreno realmente habría matado a los niños y descubriría que seguía dentro de una de sus pesadillas.

La sesión en la cama se alargó lo más posible hasta que Paul decidió que necesitaba bañarse y espabilar, aunque incluso en ese momento temió que al salir de la ducha los niños estarían muertos y él, atrapado en su eterna pesadilla, así que entró al baño y se duchó con prisa, saliendo sólo siete minutos después, enredado en la bata, y fue directo al cuarto de Ash y Micah donde ambos niños iban despertando y le desearon los buenos días.

Sólo entonces comprendió que estaba despierto y esto era verdad. Sintió el calor apoderarse de su cara, pero les sonrió advirtiéndoles que desayunarían y luego irían al supermercado antes de que empezara a nevar, así que debían arreglarse para salir, y fue al dormitorio de Sam, a quien encontró con mamá cambiándole el pañal; Daryl se había vuelto a poner su ropa térmica y dirigió una mirada a Paul sin saber qué hacer ahora, pues el chico había parecido estresado hacia el final y temió que se hubiera arrepentido, pero terminó para no quedar mal con el hombre que le pagaba su quincena.

—Ve a ducharte, yo me encargo de los niños y el desayuno —dijo Jesús y lo abrazó un momento por la espalda.

Habían tenido sexo porque el pelinegro lo quería y Paul lo necesitaba.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora