MILD WINTER

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PRÓLOGO

Afuera estaba nevando, todavía.

La junta había tardado apenas un instante, pero, a diferencia de los mayores, los niños habían estado de acuerdo casi enseguida y decidieron rápidamente lo que tenían que hacer, ahora los adultos estaban en la sala charlando y riendo, mientras los pequeños jugaban en el salón contiguo, y seguirían haciéndolo hasta que dejara de nevar.

CAPÍTULO 1

—¿No les parece que es un poco peligroso? —sonrió Glenn.

—Ya dejó de nevar —pidieron los niños en coro.

La pequeña bandada de niños había entrado corriendo a la sala pidiendo salir a jugar a la campiña, Gracie y Hershel corrieron a sujetar las manos de Rovia con aire suplicante, mientras que Judith y Junior corrieron donde Daryl. El moreno, que ya se estaba poniendo en pie, hizo un asentimiento a los demás, él no tenía problema ensacar un rato a los niños, tampoco sabían cuándo volverían atener un clima tan bueno como en aquellos momentos, ahora que empezaba diciembre y las nevadas sólo encrudecerían.

Jesús sonrió a Maggie y a Glenn, y luego a Eric y a Aarón, los llevaría afuera, de todos modos, con la nevada reciente los Caminantes no subían el sendero y, de venir, serían lentos y torpes, el mayor peligro sería algún animal hambriento desesperado por alimento, sin embargo, Dixon ya se encargaría de eso, y de ser algún ladrón, Jesús podía encargarse sin problemas. Así que veinte minutos más tarde, ambos hombres y los niños estaban a las afueras de Alejandría, sobre la campiña nevada donde todos corrieron a arrojarse sobre de la nieve, riendo.

Hicieron un muñeco de nieve gigante con ayuda de sus cuidadores, y Paul los enseñó a hacer marometas en el aire mientras que Dixon los cogía y los arrojaba a montículos de nieve cuidadosamente amontonada. Hubo cierto momento en que Hershel trepó ágilmente en la rama baja de un árbol para tratar de alcanzar la enredadera de uvas silvestres y comerse una, aunque tío Dixon lo detuvo antes de que se la llevara ala boca: las uvas congeladas eran tóxicas, le dijo. A cambio, Paul sacó de su fardo algunas manzanas que enterraron por unos minutos en la nieve y una vez congeladas usaron una cuchara para rasparlas y comer una especie de helado de puré. Daryl decantó la idea, su dentadura ya no estaba para tragar hielo y Junior se burló diciendo que su tío era muy viejo.

—Sí, eso, muy viejo para estar cuidando niños —bufó Daryl—. Por eso no tengo hijos.

—No tienes hijos porque no tienes novia —se rió bajito Junior.

—¿Por qué no tienes novia, tío Daryl? —preguntó Judith con inmensa sonrisa.

—Porque soy muy viejo para tener novia.

—¿Y novio? —insistió Junior, tratando de contener la risa.

Daryl lo fulminó con la mirada en un falso reproche que desternilló de risa al pequeño, risa que sólo fue interrumpida cuando Hershel le preguntó a tío Paul por qué él no tenía novio si era más joven. Rovia, que casi murió atragantado con su propia saliva, se encogió de hombros y le dijo que no había ningún chico guapo que quisiera ser su novio, por desgracia—: Y, por supuesto, tiene que ser guapo —bufó Daryl enarcando una ceja.

No iba a preguntar a qué se refería con "guapo", dado que su ex era nada menos que la belleza de la enfermería de Hilltop, Alex.

Jesús pestañeó para él y respondió un POR SUPUESTO, porque no andaría con un chico a quien él no considerara atractivo. Se MERECÍA un chico perfecto.  Y podían ponerse a discutir lo que esto significaba, pero mejor no, y terminó la charla poniéndose a hacer un castillo de nieve, ayudado rápidamente por Gracie.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora