GYPSY

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 1: PAN Y CIRCO

Muy bien, voy a contar lo que pasó, pero no estoy muy segura de cómo sucedió.

Fue a principios de octubre.

Apenas atravesó los enormes portones de madera montado en su caballo, cuidando la carreta en que llevaban los intercambios de cada mes entre comunidades, Jesús notó la pequeña carpa de tela gruesa y colores deslucidos donde parecía estar viviendo gente y que, afuera, se congregaba un numeroso grupo de personas para mirar lo mismo a un chico hacer malabares que a un hombre tocando una guitarra cantando una canción que tenía embelesaba a las muchachas. Apenas apearse del caballo, Rick y Aarón vinieron a recibir a la gente de Hilltop y les contaron que eran gitanos. Los habían encontrado hacía unos días y buscaban un sitio tranquilo para detenerse un rato, tenían una mujer embarazada, otra que acababa de parir a su bebé y una anciana, aunque eran itinerantes y les gustaba su vida vagabunda a pesar de los Caminantes, de cuando en cuando se detenían unas temporadas, especialmente si hallaban comunidades, ofrecían un poco de distracción, circo, teatro, canto, música, teatro, lectura de tarot, quiromancia, cuentacuentos, etcétera, a cambio de unos pocos días de poder parar sin tener que estarse cuidando las espaldas. A Rick le pareció buena idea darle a Alejandría algo con qué entretenerse y que no todo fuera siempre trabajar y pelear por sus vidas.

—No hay mejor manera de demostrar que los tiempos cambian que poder relajarse un rato con tonterías —estuvo de acuerdo Aarón—, a la gente les encanta tenerlos, incluso a los que piensan que son embustes... bueno, a casi toda la gente.

—Daryl y Eric no están nada contentos —sonrió Rick con aire tibio.

Eric no creía en esas cosas, pero no hay que jalarle la cola al diablo, decía.

—Y Daryl vio al chupacabras un día, así que —casi se rió Aarón—, él si cree y los evita como a la peste, pobre, pero entiende y a los niños los fascinan los títeres y el teatro de sombras, no están armados más que con cosas para cazar, no han causado problemas ni nada de eso.

—Correcto —dijo Rovia por todo comentario, porque él también consideraba a los gitanos una tontería, su magia era tan real como Dios y el diablo, pero igual comprendía que el pueblo necesitaba «pan y circo», y si el líder lo decía, confiaba en su juicio.

Lanzó una mirada a la anciana que leía las cartas con una bola de cristal al lado y miraba la mano de Francine. El corazón del explorador dio un breve salto cuando los ojos casi velados de la anciana se elevaron y se clavaron en él.

—Hablando de Dixon... —retomó Paul, mirando a los otros dos—. ¿Está en casa?

Rick y Aarón asintieron.

Así que Jesús los dejó con Kal y Crag para que bajaran la carga y fue a la casa más alejada de todas, en la única calle que todavía seguía vacía a pesar de las muchas casas bonitas, y llamó a la puerta. Un segundo más tarde, un par de ladridos y Daryl apareció en el portón para saber quién era, no dijo ni siquiera un «Ey», sólo se movió a un costado y le hizo un gesto para que entrara.

Paul entró, saludó a Perro acariciándole la cabeza y dejó caer su morral de viaje junto a la entrada, siempre que venía a Alejandría solía quedarse algunos pocos días para ayudar con lo que se necesitara, y posteriormente volvería a Hilltop con Daryl a su lado,mismo que iría unos días allá para ayudar a Maggie con lo que ésta le dijera.

Todavía sin decir nada, el moreno entró a su cocina y volvió con un poco de agua fresca mientras el castaño terminaba de quitarse las botas de combarte y dejaba a un lado su cinturón con cuchillos. Se tumbaron juntos en la sala, en ese extraño agradable silencio que a momentos se alargaba.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora