D-BABY BOY

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Capítulo 1:

Los planes de Daryl habían sido emborracharse por cinco días y despertar al sexto con la peor de las resacas de su vida, pero Carol no se lo permitió, por supuesto: la mujer le hizo prometer que asistiría al restaurante para comer con todos ellos, tu familia, y lo eran, ciertamente, y los amaba, simplemente Daryl no tenía ganas para lidiar con su vida en esos momentos; ocho días atrás, tan solo, Negan le había pedido el divorcio.

Fue duro. Se sintió como si le hubieran avisado que se había muerto un ser querido.

Para colmo, fue la mañana antes de Noche Buena.

Y fue estúpido. Daryl estaba pensando en dejar que Negan invitara a sus amigos a una fiesta de Navida, el pobre hombre había estado estresado por el trabajo y sus propios asuntos familiares (una familia a la que hacía casi cinco años que no veía, por cierto). Y entonces, mientras Negan le contaba sus problemas y Daryl planeaba la cena para Negan, el hombre lo soltó de pronto: —Creo que deberíamos separarno, ;terminar, ya sabes, divorcio.

Daryl no supo de dónde salió ni por qué, después de tantos años, quiso preguntarle, quiso discutirlo, quizá negociar... Pero se contuvo, era un Dixon y él no rogaba a nadie, ni siquiera le preguntó sus razones, sólo le preguntó si estaba seguro y cuando Negan asintió, él dijo "Bien". Luego Negan se fue al trabajo y Daryl finalmente pudo llorar en paz. Un cigarro encendido contra la piel.

Negan no estuvo para Navidad y el pelinegro lloró cinco días enteros. Entre tanto mandó un mensaje a Rick y Carol y Maggie y Glenn, anunciándoles lo que había pasado, principalmente porque necesitaba hacerlo sentir real, oficial. Así que no tenía ganas de la última reunión amistosa en el día de Noche Vieja, pero de todos modos fue.

Llegó pasado por poco del mediodía, el restaurante elegido fue un pequeño local elegante en colores oscuros con adornos navideños por todos lados y un árbol de navidad en el centro.

—Daryl Dixon —se anunció al hombre en la entrada y éste lo llevó hasta una mesa contra un ventanal. El sitio parecía lleno y cargado de alegría, y el moreno casi se alegró de verlos a todos allí. Rick con Michonne y los niños, Maggie y Glenn presumiendo sus anillos de compromiso, Carol con su nuevo esposo, Ezekiel, y el niño que adoptaron juntos, Tara y su novia Denis, Rosita sorprendiendo a todos con el anuncio de haberle dado el sí a Eugene cuando éste se lo preguntó por cuarta ocasión.

Diablos, incluso le alegró vagamente ver al pequeñajo de Rovia.

Los amigos se levantaron y lo saludaron, le dieron una silla a la izquierda de Carol, que lo besó agradeciéndole que asistiera, aunque a vistas leguas no estaba de humor. La distracción le venía bien, le aseguró, ella que ya había pasado por su propio divorcio, y Rick había perdido a su esposa años atrás. El moreno se sintió de pronto patético, no era el primero en su grupo que se divorciaba, no era como si nadie de allí lo comprendiera, aunque ciertamente allí a nadie le había agradado Negan como no les agradó Ed, por el contrario de Lori. Tomó su asiento dispuesto a olvidarse por un rato de su propio divorcio y se unió a la comida quejándose al ver el menú que habían pedido, no con suficiente grasa y carne; desde su silla, Jesús hizo una trompetilla.

Los dos hombres enfrentaron sus miradas, retándose a decir algo.

—Muy temprano para que comiencen con sus peleas —los detuvo Maggie.

No era que se odiaran, no lo hacían, simplemente no se soportaban; eran agua y aceite. Jesús en realidad era amigo de Maggie y asistía siempre a las comidas, aunque como compañía de la chica, les agradaba a todos, por supuesto, era amable, tranquilo, agradable, inteligente y todas las malditas cosas buenas que se podía decir de alguien; el moreno era brusco, espetado, gruñón, silencioso y no intentaba nunca ser agradable, si no querían soportarlo a la mesa bien podían dejar de invitarlo. En cada comida, invariablemente, Paul se quejaba de que los restaurantes no tuvieran menú vegano y Daryl siempre pedía un exceso de carne sólo para molestarlo. Paul detestaba los restaurantes con televisión porque distraían de las conversaciones con los amigos y el pelinegro terminaba ignorándolos a todos por ver lo que fuera que estuvieran transmitiendo en el televisor. Paul odiaba el frío y Daryl detestaba el calor.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora