SPRING SKY (2)

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CAPÍTULO 6

Paul lo había vivido como en cámara lenta.

Vio a Daryl inclinarse y sintió los labios contra los suyos.

Paul cerró los ojos. en su pecho estallaron los nervios, mariposas revoloteando en sus venas, el moreno tenía los labios calientes y húmedos, olía un poco a tabaco, y, aunque torpes, ambos movieron los labios un poco, como niño pequeño aprendiendo a caminar.

El beso duró poco.

O eso se lo pareció a Jesús.

Daryl se echó hacia atrás, despacio y con cuidado como si Rovia fuera un gato dormido al que no se quiere asustar.

Rovia persiguió los labios, el beso, incapaz de mirar a otro lado que no fueran los finos labios de Dixon, entreabiertos. Y vio los labios sonreír un poco, la lengua lamer el labio inferior, escuchó al pelinegro mascullar algo que sonó a «Supongo que entonces no te enojaste porque te besé».

Paul negó con la cabeza y elevó la vista a los ojos de Daryl. Estaba todo, menos enojado, estaba feliz, estaba nervioso, estaba asustado, estaba emocionado, estaba ansioso y hasta estaba en paz con el mundo entero, pero enojado, no. El moreno movió una mano y apartó con una caricia los mechones del cabello de Jesús. El más joven quiso preguntarle si entonces, quizá, tal vez, tenía la oportunidad de gustarle también, pero no se atrevió a hablar, no rompió el momento con una sola palabra más.

Al día siguiente, el castaño seguía suspirando y no podía dejar de sonreír. Sabía que a Daryl lo divertía su actitud, mientras caminaban juntos de la calle hacia la parada de camiones para ir a la escuela, Daryl lo miró de soslayo sacudiendo la cabeza y ocultó una sonrisa con su clásico gesto masticándose una mejilla.

—¿La vida es buena? —preguntó Rick al verlos entrar, parado en la entrada, como siempre, asegurándose que no hubiera problemas. El mayor había asentido y los dos amigos se quedaron charlando un poco mientras Paul miraba el cielo despejado y recordaba el beso de la noche anterior, suspiró y sonrió y Glenn lo tocó como quien frota un tótem pidiéndole que le pase algo de su buen ánimo.

—Tienes que ser una especie de santo si puedes estar así de feliz en el final de semestre —dijo—: Vamos, comparte un poco.

—¿Hay algo que debamos saber? —bromeó Aarón—. Aceptamos secretos y consejos.

—Ve y besa a Eric, estoy seguro que podrías estar en medio de un maldito apocalipsis zombi y que todo lo que seguirás necesitando para ser feliz es tener a tu chico para ti —enarcó una ceja Jesús; las mejillas de Aarón se sonrojaron, pero sonrió asintiendo. No podía ir y besarlo, desde luego, eran pareja, pero en la escuela los molestarían y les harían el último año del asco—. Podrías empezar por invitarlo al baile de fin de año —cambió de tema—. Estaremos en bola, pueden sentarse juntos y todo. —El baile era en un mes, los pasillos ya estaban atascados de volantes invitando a la fiesta y los alumnos estaban más preocupados por las ropas y las parejas que por pasar el último examen del año que, para muchos, ya no servía de nada ni salvaría el semestre.

—Llevar pareja no es obligatorio —dijo Tara, casi ofendida por ser soltera.

—No, pero si tienes a alguien estaría bien ir con ese alguien —dijo Rick a su vez.

—¿Invitarás a Lori? —quiso saber Glenn. Era la mejor amiga del hermano de Rick, y parecía que podía haber algo allí entre los dos. Las mejillas de Rick también se sonrojaron, pero asintió—. Genial, no quería ser el único que llegara con novia en el grupo —admitió.

—Pues perdón por ser solteros —se quejó falsamente Carol. A ella la pretendía el jefe del club de teatro, pero haría que el chico le rogara un poco más antes de darle el sí intempestivamente un par de días antes de la fiesta.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora