CALLME-DARYL (2)

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CAPÍTULO 4: Roto

El pelinegro vuelve a la panadería todos los días y Jesús vuelve a estar contento. Ha mantenido mensajes con Duncan y Alice cree que está jugando chueco con el chico rico al no decirle que también sale con un prostituto. Paul la frena con una mirada y aclara que Duncan y él son sólo "conocidos".

—La cita fue bien, una cita, y jamás se habló de nada romántico. —Los mensajes son casuales, aunque es claro que Duncan los manda tratando de ganarse algo, nadie manda un "Buenos días" sólo porque sí, sin embargo, Rovia los responde por educación—. Y Daryl es un amigo.

Noes gran cosa, pero al moreno las mañanas con pan le aligeran la carga.

La sonrisa de Rovia y lo obviamente feliz que se pone al verlo. Es ridículo que alguien se ponga tan contento por él: con todo, se descubre a sí mismo yendo a la panadería sólo por ver esa sonrisa y recibir esos «Buenos días, galán», que siempre le dedica, y el breve abrazo que Daryl rechaza si la noche ha sido especialmente asquerosa.

Ahora se siente un poco mejor, pero en el fondo sabe que es la calma antes de la tormenta.

Esa mañana incluso se siente bien.

—Mañana es mi día libre —le dice Rovia recargado en el poste que promociona la panadería—, Maggie me invitó unas copas, ¿vienes?

—¿Maggie?¿La novia de Glenn?

—¿Conoces a Glenn?

Hay una pausa entre ellos y ambos se ríen.

¿Quién diría que literalmente han estado todo este tiempo a dos personas de distancia?

—Nah. El tipo me lleva pizza a mi casa.

Ahora es obvio que se trata de un no-amigo.

Jesús se ríe y le sonríe ladeando la cabeza, esperando su respuesta; las copas serán a las 7 en el bar Hill-Top, y Daryl asiente: amenos que salga un trabajo "de esos que no puede rechazar", es un hecho, Daryl es un ebrio empedernido desde los 19 y su novio jamás hace preguntas cuando ve que gasta cantidades obscenas en alcohol.

Bertie se asoma con un silbidito, es hora de que Paul vuelva adentro, así que Rovia le da otro fugaz abrazo y se mete sacudiendo la mano. Daryl se queda en su sitio hasta verlo desaparecer y luego retoma el lento camino a casa, pensando.

Pensando pensamientos que se atoran cuando, en el centro del puente peatonal, ve a Negan esperado por él. El hombre tensa el cuello y llega. Negan le acaricia la cara con su sonrisa de lobo casi satisfecha, le han dicho que está visitando demasiado una panadería llamada Ara's Breads.

—¿El pan es realmente bueno ahí o hay algo más para comer? —pregunta.

—Sólo es pan —responde—. Me queda de paso—, la mentira, Negan sabe que miente porque sabe en dónde vive, pero no importa. El Novio asiente y le pregunta quién es ese chico que siempre sale a verlo y se queda hablando con él,y por un segundo Daryl vuelve a ser ese chiquillo de casi dieciocho años acorralado contra la pared con Negan encima, educándolo.

«Un panadero». «Un cliente». "Mi vecino". «No es nadie». NO SÉ DE QUIÉN HABLAS. «¿Quién?» No sé...

—Jesús.

Negan frunce el ceño y parece listo para corregirlo si se está burlando de él. La sonrisa es casi una mueca en su cara. El moreno, inevitablemente, retrocede un paso y masculla que no sabe su nombre, es el apodo que tiene, por su facha, así se lo presentó Carol. El nombre de la mujer detiene la ira de Negan y el otro respira despacio, a salvo. Carol y el tal Jesús van a abrir una pastelería, simplemente está asegurándose de que el tipo no esté jugando chueco con su amiga para aprovecharse de ella, eso.

DESUS. Daryl y JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora