En un descuido se quemó un poco el dedo índice con el zippo y lo soltó bruscamente. Cayó al suelo de tierra, apagándose. A tientas logró encontrarlo y volver a encenderlo. Es allí, agachado entre la tumba de su abuelo Lars y los huecos que quedaban vacíos esperándole, cuando se dio cuenta que el pilar que separaba ambas hileras de tumbas, había perdido la argamasa con la que se unía al resto de la pared.
Limpió sus bordes con los dedos, descubriendo una piedra enorme que debería sujetar al resto del pilar pero que, de algún modo extraño, parecía independiente de él, a medio metro de altura sobre el suelo. Una vez liberada de la tierra y restos de moho adheridos, metió los dedos por la ranura que parecía más grande para intentar tirar de la piedra. Pero aquello pesaba un quintal. No pudo moverla. Necesitaría algo con lo que hacer palanca. Entonces, se sentó en el suelo y con los dos pies hizo presión sobre ella, tumbándola en un agujero negro y oscuro que se abrió en la pared.
Era pequeño, apenas mediría medio metro de ancho, por un poco más de alto. Pero era suficiente para que un cuerpo escuálido como el suyo pudiera pasar. Sacó la piedra del agujero, arrastrándola a duras penas, y la tiró al suelo, con cuidado de no chafarse los pies, para quitar el obstáculo del túnel y poder entrar.
Asomó primero el zippo, para que iluminara el interior, y luego metió la cabeza. Por dentro el agujero se hacía más grande gradualmente, hasta llegar a medir cerca de metro y medio, lo suficiente para que una persona adulta pueda caminar por él, aunque sea encorvado.
Como no sabía cuánto gas le quedaba al zippo, y presumía que el túnel era largo, decidió probar suerte con una de aquellas antorchas que había decorando cada rincón, entre las hileras de las tumbas, dándole un toque medieval a la cripta, sin muchas esperanzas de obtener éxito porque suponía que habrían sido compradas en cualquier Ikea exclusivamente para decorar. Sin embargo, y para su asombro, en cuanto acercó el zippo a la antorcha, esta se prendió, iluminándolo todo.
Maravillado de su suerte milagrosa, echó una ojeada al agujero negro que se abría ante él, a apenas medio metro sobre el suelo, entre las tumbas de Sandor y su abuelo Lars, y se metió en el agujero de cabeza, dispuesto a explorarlo.
Se arrastró los primeros metros, hasta que pudo ponerse de pie y caminar encorvado. Tras la primera curva, para bordear una roca, el túnel se hacía más alto, lo que era un alivio para sus riñones. Estaba todo el techo entablillado, exactamente igual que en la película "la Gran Evasión", tipo mina de los años sesenta. Llevaba la antorcha por delante de él, todo lo que le permitía el brazo para que el humo no le diera en la cara y para no quemar las tablillas del techo. Llegó a otra curva, otra roca insalvable que había sido desenterrada casi por completo hacia el lado equivocado, buscando su final para continuar con el túnel y luego el excavador había rectificado, puesto que la roca parecía interminable, y la había bordeado por el otro lado. Tuvo que ser muy duro para su padre y sus primos excavar todo aquello. Era trabajo casi, casi, de prisioneros. Porque eso es lo que eran, igual que él.
Tras bordear la roca, el suelo se hacía más arenoso, menos húmedo, y las tablillas de las paredes y techo parecían más secas, sin moho. Había telarañas pero no vio siquiera cagadas de rata o de cualquier otro bicho. En el suelo se encontró una anilla, semienterrada en la arena, que parecía estar alisada a conciencia, como si alguien hubiera arrastrado algo por allí, borrando todas las huellas. Pensó que talvez las herramientas para excavar las llevarían en un saco que pesaría mucho menos si lo arrastraban que si lo llevaban a la espalda, además de que esto acentuaría aún más su encorvamiento. Pero no le dio importancia. La anilla en sí le resultó curiosa. No tenía ni idea de a qué pudo haber pertenecido, sin embargo se la guardó y prosiguió su ruta turística por el subsuelo de la mansión.

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ETHEL, El heredero.
Teen FictionRüdiguer es reclamado por su abuela como heredero de un condado que detesta, pues será la diana humana de los enemigos de su familia, que ya se han cargado a todos sus antecesores. Así que tratará de hacer todo lo posible, por las buenas o por las m...