Rüdiguer es reclamado por su abuela como heredero de un condado que detesta, pues será la diana humana de los enemigos de su familia, que ya se han cargado a todos sus antecesores. Así que tratará de hacer todo lo posible, por las buenas o por las m...
El pastor fue puntual en la entrega de las gallinas y, en tal de sacarle el dinero aprovechándose de su ignorancia, se las cobró como si fueran las gallinas de los huevos de oro. Pero él se quedó la mar de contento. Les había preparado un gallinero cubierto y un corralito más pequeño que el de las ovejas con las maderas de los troncos que había cortado por donde tenía el huertecillo, para que el sol pudiera alimentar mejor sus plantas. Estaba muy ilusionado con poder recoger los huevos al día siguiente y no tardó en ir corriendo a consultar en Internet los cuidados que requerían las gallinas y el alimento que necesitarían.
Mágnum no aprobaba para nada que montara todo aquello. Le decía que vivía en un palacio, no en una granja. Pero a Rüdiguer le daba igual, al fin y al cabo él era el conde, o mejor dicho, el nieto de la condesa, porque ahora el conde era Tage, y lo tenía muy presente.
Para su sorpresa, estando pastoreando le sonó su teléfono móvil. Era Novalie, para decirle que aceptaba el puesto, que consiguió convencer a su padre para cursar el último curso a distancia y así poderse alojar con ellos. Se la veía contenta, casi eufórica. Rüdiguer recordaba que su pasión eran los caballos y pensó que le gustaría su trabajo, aunque fuese un poco asqueroso, pero por algo se empieza.
Cuando habló con Mágnum sobre el asunto de contratarla, este mostró abiertamente su disgusto. No quería contratar a gente sin el consentimiento de su abuela, sin conocerlos personalmente. Rüdiguer le propuso que le hiciera un contrato temporal y que, si la chica no valía para el puesto, pues que no se lo renovara.
Le costó bastante convencerlo. Tuvo que asegurarle que no la conocía de nada, que había visto su anuncio en un periódico que había traído Per del "mundo exterior" y que, como se había ido uno de los mozos de cuadras, se le ocurrió contactar con ella por iniciativa propia, que es lo que tanto le gustaba a su abuela que tuviera la gente. Como ahora no había clases de hípica, ni salían a montar acaballo, pues con un mozo de cuadras tenían suficiente para el mantenimiento de los establos, así que, acordaron que empezaría en septiembre. Por supuesto quiso conocerla y hacerle una entrevista. Rüdiguer no tuvo problemas en llamar de nuevo a Nathan para proponérselo. El hombre no estaba muy contento con la idea que había tenido su hija. La echaría de menos, pero decidió que ya era bastante mayorcita para saber dónde se metía y que, tarde o temprano tendría que salir del nido así que, más valía que se fuera a una gran mansión adinerada como lo era aquella. Sin tener ni idea de que se metía en el Castillo del Terror.
A la entrevista acudió Nathan a acompañar a su hija, puesto que aún era menor. Y también para ver donde la dejaba. Antes ya habían hablado con Rüdiguer y este les había puesto al corriente sobre como se habían conocido, lo del anuncio del periódico y tal. Sería muy sospechoso que, sin haber salido casi de la mansión conociera agente que vivía en Älvdalen, que estaba cerca del lugar por donde lo tenían secuestrado y del que se escaqueó.
A Mágnum no le pareció mala chica. Le hizo una prueba que superó fácilmente, sin poner peros, ni hacer cara de asco, siendo rápida y eficaz. Lo único que no le gustaba era que fuera chica. Decía que aquel era un trabajo de hombres, a lo que Rüdiguer contestó que, el anterior mozo de cuadras era más canijo que ella y no tuvo ningún problema. Finalmente firmaron un contrato temporal de tres meses prorrogable. Luego Rüdiguer les enseñó la cara bonita de la casa,las instalaciones, el gimnasio, y les presentó a algunos empleados que se cruzaron por su camino durante la visita turística.
Nathan quedó muy impresionado, se fue satisfecho por haber colocado a su hija en una casa tan importante. Por supuesto, le preguntaron acerca de lo que habían leído en la revista de Emma, lo de la carrerita por Estocolmo y él se lo contó brevemente, sin darle mucha importancia puesto que ya hacía tiempo que había pasado. Después los acompaño hasta su coche y quedaron en que traería a la chica en una semana para empezar con su nueva vida. Al pobre hombre se le notaba que no quería dejarla allí, porque era la niña de sus ojos,su hija querida del alma, pero no se iba a quedar en casa de su padre toda la vida.
A mediados de agosto ya pudo coger algunos tomates, aún un poco verdes, para la ensalada que él mismo preparó en la cocina. Junto con una tortilla de patatas, con los huevos de las gallinas que le vendía a Tess y las pocas patatas que plantó, de las cuales se le murieron la mitad. Igual que las berenjenas, los ajos y las cebollas.No era la época, ni el clima adecuado para ellas. Desde que tenía Internet no paraba de consultar posibles frutas y verduras que plantar según la época en la que se encontraba y dado el clima dela zona. De las dos sandías que tenía en la mata, una la recogió demasiado verde y tampoco se la pudieron comer, la otra se la comieron las ratas o algún otro animal cuando ya parecía estar en su punto. La marihuana de Per, sin embargo, crecía que daba gusto. Y es que Per, ya era todo un experto en el asunto y sabía dónde plantarla, cuando y como, y qué hacer para regarla y que crezca. No tardaría mucho en recoger los primeros cogollos.
En su habitación también hizo algunos cambios. Se había acostumbrado ya a la habitación grande y en aquella apenas podía respirar. Además, le gustaba quedar con Per y algunos empleados más, entre los que estaban Alice y Alva, o luego también Novalie, para charlar,beber, fumar y pasar el rato, y en aquellas habitaciones estaban todos muy apretujados. Así que, decidió mudarse a la habitación de al lado, dejando la del ordenador exclusivamente para eso y así, de paso, servía de aislante entre las dos habitaciones, la de Per y la suya, para ganar intimidad.
Después,y para hacerla más confortable, con ayuda de Per y algunos más,tiraron el tabique de la habitación contigua a la de Rüdiguer, que también estaba vacía, puesto que la mayoría de los empleados preferían ir y venir, y solo los que no tenían piso o familia cerca se quedaban a dormir en la casa. No contentos con aquella ampliación,tiraron también el tabique de la otra. Haciendo de tres habitaciones una sola, y robándole materiales a Eric, el albañil, aprovechando que estaba de vacaciones todavía, hizo unos arcos donde antes estaban los tabiques que le daba a la estancia un toque árabe, y luego, cuando pintó el techo de azul y los arcos blancos le dejó ese sabor mediterráneo de algunas islas griegas. Colocó las camas a modo de sofás y se trajo una mesita de las que había en el pasillo del segundo piso y que nadie utilizaba, sólo hacía función decorativa, para poder poner en ella vasos o libros, o simplemente rellenar el espacio central dela habitación.
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