Durante la semana siguiente todo fueron comentarios y risas sobre anécdotas ocurridas durante la fiesta. Por lo general todos se lo habían pasado bien, hasta sus primas más remilgadas, porque estaban en su salsa con sus amiguitos pijos. Para Inna fue una experiencia inolvidable, aunque no gozó de la popularidad de Mika, mucho más desarrollada que ella y mucho más descarada. Inna era más introvertida y no se le acercaron muchos chicos para sacarla a bailar. Ni en la fiesta de arriba, ni en la de abajo. Pero de igual manera se lo pasó bien.
Por supuesto, la vieja acabó enterándose de lo ocurrido en la piscina,sobre todo porque, al día siguiente, el padre del muchacho borracho la llamó para contarle lo que su hijo le había dicho: que lo habían emborrachado, el muy granuja. Pero, como a la vieja le gustaba que sus amigos nobles se divirtieran, supo disimular que no tenía ni idea de aquella fiesta en la piscina y se limitó a disculparse en nombre de su nieto, porque algo le decía que él tenía todas las papeletas para ser el organizador de aquel evento paralelo donde terminaron la velada todos los hijos de sus invitados carcamales. Por eso no lo buscó para echarle la bronca. Albergaba la esperanza de que, si los jóvenes ricos se lo pasaban bien en sus fiestas, tal vez quisieran venir siempre que organizaran algún evento, arrastrando también a sus padres, que eran los titulares de las cuentas corrientes y los peces gordos con los que ella quería codearse.Además, aún estaba hinchada de orgullo por haber recibido la visita del Rey y estaba evaluando como había ido la cosa.
La fiesta había ido bien, pero, de vuelta a la realidad, seguían estando en números rojos. Incluso más que antes porque, para organizar la fiesta, se habían endeudado un poco más. Así que tendrían que hacer algunos recortes.
La vieja convocó una reunión familiar en la sala de la torre. Esas reuniones siempre daban un poco de miedo. Todas ocuparon sus puestos,repartiéndose entre los sillones que tenían asignados las mayores,y las pequeñas en los que habitualmente ocupaban los miembros del consejo, que a las reuniones familiares no asistían. Rüdiguer no tenía asignado ningún sillón porque normalmente permanecía de pie,junto a la ventana o en medio de la sala. Si estaba muy cansado se sentaba en el suelo, pero por lo general se paseaba de un lado a otro, como si tuviera llagas en el culo, poniendo nerviosa a su abuela y a sus tías, que más de una vez le habían pedido por favor que se estuviera quieto. Pero es que normalmente cuando acudía allí era porque lo acusaban de algo y no para participar en los debates, como era el caso de aquella reunión.
La vieja fue clara. Se trataba de recortar gastos despidiendo a algunos empleados innecesarios, como la niñera y la institutriz, puesto que Indre y Maja ya eran bastante mayorcitas, debiendo hacerse cargo de suplir esos puestos las madres de las chicas, que también tenían los conocimientos adecuados para ello. Pero, para no arriesgarse con los demás y despedir al empleado equivocado y luego verse caras largas y lagrimosas por los pasillos por parte de sus nietas y alguna de sus nueras, decidió obligarlas a tomar parte en la decisión.
Cuando lo propuso claramente todas se asombraron. Nunca había necesitado su opinión para aquellos asuntos. Ella hacía y deshacía a su antojo siempre sin consultar con nadie. Hasta Rüdiguer se sorprendió. Y como a todas les daba vergüenza decir en voz alta los nombres de sus favoritos pues, para preservar su derecho a la intimidad, decidieron hacer una lista de manera anónima y entregársela luego a su abuela.
Así pues, acordaron respetar el puesto, o adecuarlo a las posibles vacantes, de aquellos que figuraban en la lista y suprimir a la profesora de Ballet, ya que sus primas la odiaban. Al de Hípica, que no era nada eficaz, según las quejas de las chicas. Hicieron a los artesanos externos, como eran el albañil, el carpintero, el electricista y el fontanero. Despidieron a Hugo, el chófer, porque a Rüdiguer no le caía bien. A pesar de las quejas que tuvo esa decisión, él se puso firme y cabezón. Para sustituir a Angus cuando se jubilase ya tenían a Alexander, que para eso lo estaba adiestrando él. Hugo era mala persona, vicioso y deshonesto. No necesitaba rodearse de más mierda que la necesaria que ya figuraba en la lista de los intocables, y como él no estaba en la lista pues.... A la puta calle.

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ETHEL, El heredero.
Teen FictionRüdiguer es reclamado por su abuela como heredero de un condado que detesta, pues será la diana humana de los enemigos de su familia, que ya se han cargado a todos sus antecesores. Así que tratará de hacer todo lo posible, por las buenas o por las m...