46. El huertecillo

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EnMayo, por aquellas latitudes, las horas de luz son muchas, así que no temía que se le hicierade noche. Se le ocurrió plantar algo en aquellas tierras fértiles que había descubierto, así que se pasó por la cocina donde consiguió que Tess le diera algunas verduras que se estaban echando a perder.

Reunió a su rebaño. Buscando una por una cada oveja enlos sitios menos insospechados. Luego fue de nuevo hacia la parteoeste, donde había descubierto los estanques, llevándose prestadauna azada y un cubito que le pidió a Per tras contarle lo que habíapasado realmente en la cripta puesto que el muchacho se lo preguntóinsistentemente. A unos cinco metros de distancia del estanque fríoempezó a enterrar los restos de las verduras que había conseguido,regándolos después con el cubo. Luego, empezó a idear la manera dehacer una acequia para el riego, con compuertas y todo, para no tenerque estar echando viajecitos con el cubo. Aunque... para lo que teníaplantado, de momento, le bastaba y, como se aproximaba el verano y sehabía quedado sin vacaciones, pues decidió poner en marcha su poza.Así que, tras buscarle una buena ubicación y marcarlo en el suelo,se puso a cavar un agujero ancho y poco profundo para construir suansiada poza de agua caliente.

Trashaber estado prácticamente todo el día trabajando en el bosque,llegó a su habitación hambriento y muerto de cansancio. Se habíasaltado también la hora de la cena. Acostumbrado a cenar alanochecer se le hacía muy raro hacerlo con el sol fuera todavía,así que nunca acertaba. Pero sabía dónde estaba la cocina y no sele caían los anillos por hacerse una tortilla francesa o de patatas.Se dio una ducha rápida y, cuando se disponía a bajar para atracarla cocina, aparecieron en su puerta Eleanor, Stephanie e Inna.

—Estávisto que no se te puede confiar nada —dijo Steph, apenas huboabierto la puerta, empujándolo bruscamente para poder entrar en suhabitación y cerrar con cerrojo por dentro—. ¡Has echado a perderel trabajo de todos tus antecesores! ¡Inútil! —dijo furiosa,sin dejarle abrir la boca.

Entoncessonaron unos golpecitos tímidos en la puerta. Todos se quedaronmudos y quietos. Ellas se miraron entre sí. No deberían estar allí. Él les señaló lapuerta del baño, que estaba abierta y al fondo de la habitación.

—Voyenseguida —dijo para ganar tiempo, mientras ellas se metíandescalzas en el baño para no hacer ruido con sus zapatitos.

Alabrir la puerta cual fue su sorpresa al ver a Angus.

—¿Puedopasar? —dijo tímidamente, con la gorra en las manos como si fueraun rosario.

—Porsupuesto —Y le invitó a pasar cerrando con cerrojo después,porque allí se tenían que aclarar muchas cosas y no queríainterrupciones.

—Yo...venía a disculparme... porque... —Parecía muy apenado y casi apunto de llorar—. Fui yo quien tapó el túnel con usted dentro.Sólo de pensar que ahora podría estar muerto por mí culpa...

—Tranquilo,estoy convencido de que lo hiciste de buena fe —dijo él.

—Ya,pero... tenía que haber preguntado antes. Lo tapé para que Mágnumno lo viera en su última ronda, pensando en volver después paraabrirlo, creyendo que estarían allí trabajando alguna de susprimas, pero luego, como las vi aquí... no se me ocurrió pensarque... pudiera haberse liberado de su habitación —soltó decarrerilla.

—DéjaloAngus, no pasa nada. Sobreviví ¿no? Pues eso es lo importante.

—¡Esono es lo importante! —dijo Stephanie gritando, mientras salía delbaño, asustando a Angus que se pensaba que estaban solos. Detrás deella salieron las demás—. ¡Lo importante es que has tirado por laborda la faena de tantos años! ¡En vano ha sido la muerte deSandor! ¡Joder!

—¿Sandor?¿Qué tiene que ver él ahora? —Se preguntó en voz alta.

—Elseñorito Sandor excavó la parte del túnel en la que no hay oxígenoy murió allí dentro —Explicó Angus cuando Stephanie se calmó—.Yo lo encontré tirado en el suelo y lo saqué conteniendo larespiración. No sólo no hay oxígeno, sino que hay un gas tóxicoque produce parada cardíaca, pero eso yo entonces no lo sabía. Tapeel túnel de nuevo y dejé al señorito Sandor en el suelo de lacripta para que Mágnum lo encontrara en su última ronda. En laautopsia dijeron que había sufrido un ataque al corazón.

ETHEL, El heredero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora