En la torre estaba el contable, para variar. Y ya lo estaban esperando porque lo habían visto venir por las videocámaras.
—Quería darte las gracias por el rebaño —dijo a su abuela nada más entrar, sin alejarse de la puerta porque no pensaba quedarse mucho rato ya que tenía cosas que hacer.
—Ah, me alegro de que te guste —Le dijo la vieja, mirándolo por encima de sus gafas de leer—. Pero ya me debes dos setos de margaritas y tres pinos, que son los que talasteis ayer para construir el corralito, más el terreno, claro.
—Vale, ¿y a cuanto sube todo? —preguntó desganado, pensando que su abuela acabaría cobrándole hasta por respirar.
—¿Acaso tienes dinero para pagarme? —preguntó quitándose las gafas, muy sorprendida de su predisposición a asumir aquellos gastos.
—Sabes que no —contestó él escuetamente, intentando adivinar adonde quería ir a parar su abuela.
—Podrías conseguirlo si le dieras las clases de piano a Sophie, tal y como quedamos cuando decidimos tirar a Hans —le sugirió ella.
—Cuando quieras. Pero me dijiste que me doblarías el sueldo que le dabas a él —Ya no se acordaba de aquello y era una buena manera de engrosar su cuenta corriente. Más que nada por si Per ganaba su apuesta.
Desde navidad, y con todo lo del secuestro, habían dejado aquel tema apartado durante demasiado tiempo. Su abuela rebuscó en uno de sus cajones y sacó una caja donde tenía un montón de agendas. La de Marie..., la de Eleanor..., eligió la de Sophie y la abrió por el mes de febrero, pero en la caja quedaron todavía las de Stephy, Inna, Indre, Maja, e incluso las de sus tías Anna, Lisa e Ingrid. El contable lo miraba analizándolo con lupa mientras él observaba lo que había dentro de la caja y dentro del cajón. Toda información era poca.
—¿A todo el mundo le organizas la vida en esta casa? —Se atrevió a preguntar.
Su abuela se le quedó mirando asombrada, como si aquello fuera lo normal.
—Por supuesto querido. A todos menos a ti —Y buscó en la caja de las agendas sacando una con su nombre, entregándosela en mano. Estaba vacía.
—¿Y por qué no dejas que cada uno se organice su agenda?—preguntó incrédulo ante tal tarea—. Así tendrías más tiempo libre y menos preocupaciones.
—Querido, ellas no están acostumbradas a organizarse solas. Son como tu rebaño. Necesitan a alguien que les diga por donde tienen que ir porque si no se pierden. Estarían holgazaneando todo el día —le explicó su abuela pausadamente, como si fuera un crío que no lo pudiera entender—. Si a ti te he dado tanta libertad es porque me has demostrado que puedes manejarte solo y porque tienes que aprender a hacerlo, para que el día de mañana puedas llevar adelante el condado como un buen conde. Y... también tendrás que organizarles sus agendas —concluyó sonriente, como si fuese uno de aquellos sermones que se tenía estudiados frente al espejo de su habitación.
Rüdiguer no dijo nada en aquellos momentos pero no pensaba ser un clon de su abuela. Él les daría libertad. Libertad para decidir, libertad para opinar y libertad para actuar. No se le daba nada bien el papel de dictador.
Acordaron las clases de piano para Sophie de tres horas, los sábados por la tarde, puesto que sólo venía a casa los fines de semana,junto con Eleanor y Marie, ya que pasaban el resto de días en un piso alquilado en Uppsala, cerca de la facultad. De su sueldo descontaría los desperfectos que había ocasionado su rebaño y, cuando estos quedaran saldados, le ingresaría lo acordado en una cuenta corriente que le abriría en el banco con el que trabajaba habitualmente. Y, como Rüdiguer no se fiaba ni un pelo de que así lo hiciera, le advirtió que él llevaría las cuentas y quería ver su libreta una vez al mes para comprobarlo, aunque se la quedara ella puesto que él no podía hacer nada con la libreta en su poder si no tenía un cajero a mano.
![](https://img.wattpad.com/cover/244513874-288-k831133.jpg)
ESTÁS LEYENDO
ETHEL, El heredero.
Teen FictionRüdiguer es reclamado por su abuela como heredero de un condado que detesta, pues será la diana humana de los enemigos de su familia, que ya se han cargado a todos sus antecesores. Así que tratará de hacer todo lo posible, por las buenas o por las m...