Cinco años era tiempo suficiente para terminar sus estudios y poder volver a España a buscar trabajo para quedarse. Ese era el plazo que se dieron. Él no pudo cumplirlo, por unas cosas u otras. Pero ella ¿qué? Lo amenazó con venir a buscarlo para cantarle las cuarenta si no aparecía por allí tras los cinco años prometidos. Pero ya había pasado más tiempo y no había habido rastro de ella por ningún lado.
¿Estaría viva? Era su mayor preocupación. Sabía que estaba metida en algo oscuro, que la obligaba a hacer trabajos sucios corriendo peligro. Ella quería dejarlo, cambiar su vida, y él se preguntaba todos los días si lo habría conseguido o... por el contrario, alguno de aquellos trabajos sucios había terminado con sus sueños de repente.
Y, como cada vez que la vieja se la jugaba, acudió a su mente la idea de fugarse. Dejarlo todo. Salir con lo puesto, conducir hasta Estocolmo y pillar el primer avión que saliera hacia España. Total, aquí no tenía nada. Todo era de la vieja. Ni siquiera su Porsche era suyo realmente.
De este modo empezó a hacer un balance de su vida desde que llegó allí hasta aquel momento. El tiempo había pasado despacio. Cuando las cosas no son agradables el tiempo siempre se hace interminable. Sin embargo, cuando te gusta algo, acaba enseguida. El tiempo era un cabrón. Seguramente estaría aliado con su abuela. Por eso no se moría de una vez.
Nacido de una unión ilegal, Narvik, su madre, una naturista noruega, jamás estuvo casada con su padre, Anders, el hijo favorito de la vieja, el menor de los hermanos. Pero él estaba enamorado de ella y convivieron juntos algunos años en Svolvaer, en una comuna que había por allí, simulando las de los hippies de los años 70, donde todo era no violencia y amor libre.
Cuando ella se quedó embarazada, él le propuso formalizar la relación, volver a Suecia, donde estaba su familia y donde no le faltaría de nada. Pero Narvik se negó. No había sido educada para vivir en la alta sociedad, a pesar de que sus padres eran multimillonarios por la planta petrolífera que explotaban. Había nacido libre y rebelde, y si tenía un hijo quería tenerlo ella, y no toda una familia. Quería educarlo con los valores de la libertad y la independencia, y alejarlo del consumismo y el politiqueo que todas las clases sociales tienen. Sin embargo sí que le permitió llevar sus apellidos.
Rüdiguer Fermín Sverker Alvarn nació el 14 de febrero, el día de los enamorados, de parto natural, y sin hospitalización, en el campamento. Concretamente en la terma, un charco de agua caliente procedente de un manantial que todavía no estaba explotado y que ellos, sus únicos conocedores, guardaban celosamente para evitar que se convirtiera en un negocio más del gobierno para atraer a los turistas, privándoles de gozar libremente de aquel privilegio de la naturaleza. La vida era feliz. Tenían todo cuanto podían desear. A los dos años alumbró a una niña que llamaron Laureen Christine, de la misma manera que a su hijo.
Pero la suerte duró poco. A Anders le anunciaron la muerte de su padre, de un infarto. Y, con Lars fuera de circulación, se anulaba un acuerdo de paz firmado por los condes colindantes, que se disputaban aquellas tierras. Por lo que su sucesor, Mathías, el mayor de los tres hijos, fue asesinado un año después sin que se encontrara al culpable.
A Mathias le sucedió Zlatan, que corrió la misma suerte también un año después. Y es cuando la vieja Inna llamó a su hijo favorito a su lado para que se hiciera cargo del condado que había gobernado su familia durante tanto tiempo, para no permitir que el puesto quedara vacante y el rey pudiera otorgárselo a alguno de los dos condes beneficiarios, anexionándolo a sus tierras.
A Anders no le gustaba la idea, pero a la que menos le gustaba era a Narvik. Ella no había nacido para vivir enjaulada; no sobreviviría. Sin embargo, acompañó a su amado hasta aquel lugar frío y triste, donde residía su familia. Inna no veía con buenos ojos aquella relación. No aprobaba que su hijo contrajera matrimonio con alguien que no fuera de la nobleza, como manda la ley. Así que poco a poco fue metiendo en la cabeza de Anders que ella no le quería. Y a Narvik le contaba lo mismo. Al final, los manipuló de tal manera que consiguió que le dejaran internar a Rüdiguer en un centro especializado en la educación de los pobres niños ricos, ubicado en España. Bien lejos.

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ETHEL, El heredero.
Подростковая литератураRüdiguer es reclamado por su abuela como heredero de un condado que detesta, pues será la diana humana de los enemigos de su familia, que ya se han cargado a todos sus antecesores. Así que tratará de hacer todo lo posible, por las buenas o por las m...