Visita sorpresa

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Capítulo 11

Trató de ignorar aquel sueño en la torre de astronomía pero las náuseas se lo impidieron. Hermione se había ido temprano, lo cuál agradecía. No quería que alguien se enterara que estaba volviendo a suceder.

Se metió a bañar y antes de ir al Gran Comedor a desayunar pasó con Madame Pomfrey por una poción para las náuseas.

─Hace mucho no te pasas por aquí, creí que me habías olvidado.

─Eso nunca, Poppy.

La mayor le dio una sonrisa.

─¿Poción para las náuseas? ─preguntó Madame Pomfrey─. ¿No te estarás sintiendo mal por tus visiones de nuevo, querida?

─No te preocupes Poppy, solo me cayó mal la cena de anoche ─mintió. Se sentía mal al mentirle pero no quería que se preocupara de más.

─Si tú lo dices.

Estuvo un rato más platicando con la Sanadora. Incluso le ofreció un puesto en la enfermería, el cual aceptó gustosa. Iría a aprender de la medicina mágica de lunes a viernes, dos horas cada día. Sabía que Poppy se había enterado de la pelea con Harry y se dio cuenta que el puesto en la enfermería solo se lo dio para que no pasara tanto tiempo sola, sin embargo, no le molestó. Se despidió con un abrazo y fue a desayunar.

Mientras disfrutaba de su avena, Neville comenzó a hablar de la cena de Slughorn. Lo había olvidado por completo. Salió lo más rápido posible del Gran Comedor y corrió a su habitación.

─¡Maldición! ─gritó al no encontrar algún vestido adecuado en su baúl.

─¿Qué sucede? ─le preguntó Hermione.

─No tengo vestido, Mione.

─Creí que no irías, por eso no te pregunté si querías encargar un vestido, lo siento.

─No te preocupes, ya pensaré en algo.

. . .

¿Por qué era tan difícil encontrar un lindo vestido a última hora? Quería golpearse en la cara por no haber recordado la cena de Slughorn. Le había mandado una carta a Remus hace horas para ver si le podía enviar su vestido del Yulle Ball y no tenía respuesta. Dara tampoco le respondió. Mucho menos Molly, quién era su última opción.

Estaba a punto del colapso cuando recordó la Sala de Menesteres. Tal vez si pensaba en su vestido ideal podía aparecer ahí. Corrió lo más rápido que pudo y se detuvo frente a ese tapiz viejo.

Quería algo sencillo, un poco abajo de la rodilla y de un color claro. Pensó que el azul le quedaría bien.

Caminó tres veces frente al tapiz y una puerta de un armario apareció frente a ella. Un poco nerviosa la abrió y se encontró con un hermoso vestido. Sonrío al verlo y volvió a caminar tres veces frente al tapiz, solo que esta vez pensando en el lugar adecuado para alistarse. Un lugar que tuviera las cosas necesarias; una bañera para bañarse de manera tranquila, toallas, poción para desenredar, alisadora, maquillaje etc.

Abrió la linda puerta blanca frente a ella y se sorprendió demasiado al ver todo lo que había dentro. Entró rápidamente y comenzó con la acción.

Estuvo 15 minutos en la tina y, aunque no quería salir, tuvo que hacerlo. Se secó rapidamente y se puso su ropa interior (aunque decidió que el brasier no era necesario) y un short delgado. Luego se comenzó a maquillar, sin duda fue su parte favorita.

Dara le había enseñado a maquillarse en el corto tiempo que estuvo con ella, aunque no había encontrado la ocasión para hacerlo antes. Dara Jordan era, sin duda, una extraordinaria mujer que sabía hacer de todo. Lo que estaba orgullosa de haber logrado en poco tiempo era el delineado, no cualquiera tenía su "don". Terminó de maquillarse con un lindo gloss que hacía resaltar el tono rosa de sus labios.

La Chica Potter ~George WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora