La boda

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Capítulo 3

Aviso: este capítulo contiene contenido erótico explícito. Léelo bajo tu propia responsabilidad.

La madriguera era un desastre, pues casi todos se estaban preparando para la boda.

─Que suerte la tuya, solo te pondrás tu vestido después ─le decía George mientras terminaba de hacerle el nudo a su corbata─. ¿Me veo bien?

La azabache lo veía detenidamente mientras éste estaba parado frente al espejo de la habitación de Charlie, pues Lee y Fred se cambiaban en la habitación de los gemelos. Los ojos de la chica estaban un poco abiertos al igual que sus labios, al darse cuenta de eso tragó fuertemente mientras su cabello se ponía rosa al igual que sus mejillas.

George se volteó para quedar frente a ella, con una sonrisa de lado acompañando su rostro, tomó el menton de la chica y lo subió para que lo viera directamente a los ojos.

─No respondiste mi pregunta.

─Bésame.

Y sin esperar más, junto sus labios en un apasionado beso.

─¿Qué les dije anoche? Calmen sus hormonas ─dijo Bill, mientras reía y subía las escaleras.

Se separaron mientras el pelirrojo maldecía por lo bajo a su hermano mayor.

─Iré por un café, ¿quieres uno?

─No, gracias.

George le dio un pico antes de bajar las escaleras. Iba a recoger un poco su cabello pero no vio su liga en su mano y recordó que la había dejado en la mesita de noche de George así que fue a su habitación.

Entró sin tocar y cuando la puerta se abrió, pudo ver a Fred desnudo frente a Lee.

─¡Lo siento! ─gritó mientras cerraba los ojos y la puerta al mismo tiempo.

Escuchó las risas dentro de la habitación y le dio un escalofrío. Ver el trasero pecoso de Fred la hizo sentir infiel.

Bajó las escaleras intentando borrar esa imagen de su cabeza y al entrar a la cocina se topó con George riendo mientras Harry y Ginny estaban incómodos.

─¿Qué hiciste? ─le preguntó al pelirrojo.

─¿Por qué asumes que fue mi culpa?

─Te conozco, George.

─Nos interrumpió ─acusó Ginny.

─No es mi culpa que se estuvieran besuqueando en un lugar público.

─Pero no era necesario que te nos quedaras viendo ─habló Ginny.

─Que nos hayan interrumpido no significa que debas desquitar tu ira con los demás ─le susurró la de ojos miel, haciendo que George riera.

─Me diste esa información demasiado tarde.

El pecoso la tomó por la cintura y la acercó a él rápidamente para darle un cálido beso.

─Supongo que estamos en la misma situación ─dijo Ginny y se fue, arrastrando a Harry con ella.

. . .

El nuevo Ministro de Magia, Rufus Scrimgeour, se había ido hace algunos minutos, justo después de darles lo que Dumbledore les había heredado.

─¿Para qué quería Dumbledore que tuviera un libro de cuentos? ─preguntó Hermione.

─Yo que sé ─respondió Ron─. Pero a mi me encanta este desiluminador.

─¿Tal vez quería que aprendieras los cuentos mágicos? Olvidalo, es una tontería ─dijo.

La Chica Potter ~George WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora