Xenophilius Lovegood

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Capítulo 11


Entonces está decidido ─habló la azabache─. Iremos con Xenophilius Lovegood.

─Sigo creyendo que una mala idea, pero es nuestra única opción ─expresó Hermione.

─Cómo sea, debemos levantar todo esto ─dijo Harry, refiriéndose a la carpa.

─¿Carreritas? ─preguntó Ron.

Pero nadie contestó. Desde que había vuelto (hace dos días) todo era demasiado incómodo. Hermione trataba de no hablarle. Su relación con los mellizos estaba tensa. Toda una pesadilla.

─Entonces no ─susurró.

Se pusieron manos a la obra y en menos de una hora todo estaba acomodado en la bolsa de Hermione. La castaña estiró sus brazos y los mellizos tomaron sus manos. La azabache le dio su mano libre a Ron, y cuando se aseguraron que estaban bien agarrados, esa sensación de vacío en su estómago llegó.

No tardaron en aparecer frente a la casa de Luna, la cuál era tan extraordinaria como ella.

─Parece una torre de ajedrez gigante ─dijo Ron.

Todos le dieron la razón.

Hermione y Harry veían la casa muy preocupados por lo que sucedería después. Sin embargo, Ron estaba en su mundo. Solo veía al horizonte.

Que horrible se siente estar tan cerca y no poder ir ─dijo ella.

─Lo sé. No sabes cuanto desearía verlos de nuevo.

─¿No fuiste con ellos cuando te fuiste?

─Claro que no. No los quería poner en peligro.

─Tienes razón.

─De nuevo, lo siento por lo que dije.

─Claro.

─¿Vamos a entrar o no? ─les preguntó Hermione, quién se dio cuenta de su conversación mental.

─Por supuesto.

Caminaron hasta la entrada, pasando un aviso de los nabos flotantes, y tocaron la puerta.

─¿Quién es? ─preguntó Xenophilius Lovegood, del otro lado.

─Somos amigos de Luna, señor Lovegood. Queremos preguntarle algo.

─¿Amigos de Luna? ─preguntó abriendo la puerta. Claramente se sorprendió al verlos afuera─. Los mellizos Potter, que honor. Adelante, adelante.

Todos pasaron, mirando expectantes la casa de los Lovegood.

─¿Quieren té?

─Estamos bien, señor Lovegood.

─Dime Xenophilius, por favor.

Sin embargo, el hombre de cabellera rubia, casi blanca, no los escuchó y fue a poner agua para el té.

─¿Dónde está Luna?

─Salió. Pero volverá pronto.

─Claro.

Esperaron incomodamente unos minutos a que el hombre les entregara cuatro tazas de té, una para cada uno.

─Señor Lovegood, quería preguntarle sobre el collar que tenía puesto en la boda de Bill y Fleur...

La Chica Potter ~George WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora