Kakashi.

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Sakura cerró los ojos, concentrando su chakra en sus pies, al momento que sus orbes verdes volvieron a abrirse ya se encontraba encima del árbol, en un ángulo de noventa grados. Sonrió, aquello sin duda había resultado mejor de lo que esperaba, así que decidió pasarse encima de la rama que estaba a su lado, escuchando como Naruto caía estruendosamente como siempre y Sasuke marcaba el árbol.

—No hay nada de difícil en esto. —murmuró alzando una ceja, de hecho, ella pensó que al menos Sasuke se encontraría más arriba del árbol. Sakura iba a soltar un comentario sarcástico, burlándose de ambos pero entonces su mente le trajo un desagradable recuerdo, ella quedándose atrás de todos, mirando como Naruto y Sasuke arriesgaban la vida para salvar a Kakashi.

Infló las mejillas, queriendo eliminar esa sensación de inferioridad que tenía. ¿Qué le diría a su padre cuando volviera a la aldea y este le preguntara a Kakashi su desempeño? ¡Lo mataría entrenando el triple cada día hasta que esa cobardía desapareciera! Ugh, estaba muerta.

— ¿Dónde está Sakura? —preguntó Kakashi, confundido de no verla abajo. —Oh, ahí estás. Bien hecho, Sakura.

Naruto y Sasuke dirigieron la mirada a donde su compañero se encontraba, encima de la rama de un árbol, poniendo cara de dolor de estómago.

— ¿Quién lo diría, verdad? —sonrió Kakashi. —El menos imponente del grupo fue el mejor. Supongo que el sueño de ser Hokage no está tan lejos de tu alcance, Sakura. Eso significa que los Haruno están encima del clan Uchiha, ¿no crees?

— ¡No los provoque! —gritó Sakura notando que sus compañeros querían matarlo con la mirada.

El entrenamiento de Kakashi siguió, sin embargo, Sakura no pudo evitar darse cuenta que ponía más atención en Naruto y Sasuke, por lo que de momento para no sentirse todavía más mal de lo que ya lo hacía, lo atribuyó a que era porque él estaba siendo bueno en su manejo de chakra. Miró de nuevo al frente, concentrándose en su árbol, este no tenía rayaduras hasta casi la punta más alta.

—Sakura. —llamó Naruto, desconcentrándola. — ¿Puedes ayudarme? —murmuró en voz baja. —Pero no le digas a Sasuke.

— ¿Ayudarte? —murmuró confundida.

—Sí, darme un consejo o algo. —pidió casi en súplica. —Tu eres muy bueno en esto.

—Oh... de acuerdo. —sonrió, asintiendo con la cabeza. —Primero que nada, tienes que tranquilizarte, no vas a conseguir nada si sigues maldiciendo al árbol como hasta ahora. —reprendió. —El chakra es energía espiritual, por lo que no sirve de nada que estés ansioso, funciona inversamente.

— ¿Inversamente?

—Exacto, tienes que mantenerte relajado y concentrarte lo mejor que puedas, llevando tu chakra a la planta de los pies. Después concéntrate en el árbol, manteniéndote siempre relajado. Y así funcionará.

— ¡Ahhh, lo sabía! ¡Eres de lo mejor Sakura! —sonrió Naruto, abrazándolo por los hombros. — ¡Muy diferente al imbécil de Sasuke!

— ¡Escuché eso, tarado! —gritó este.

—Apestas a sudor, muévete. —dijo Sakura, poniendo una mueca de asco para quitárselo de encima.

Siguieron entrenando un largo rato hasta que Sakura pudo llegar a la cima del árbol, una vez que logró bajar hizo oídos sordos a las quejas de Naruto y vista gorda a las miradas irritadas de Sasuke. Ya que había completado el entrenamiento de Kakashi, supuso que era hora de despejar su mente de todos esos pensamientos que se estaban apoderando de ella.

—Kakashi-sensei. —llamó, poniéndose delante. Él estaba leyendo aquel libro erótico.

— ¿Qué pasa, Sakura?

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