La misión de la arena.

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— ¿Dónde estamos? —bufó Sakura, cruzada de brazos. El príncipe idiota, como ella solía denominarlo, la bajó hasta llegar al espeso bosque.

De un tiempo para acá, Sakura había generado cierto rechazo a ese tipo de habitad. Quizás porque su padre casi la asesinó al pie de uno o quizás porque había estado rodeada de solo arboles por más de dos años. Sea cual fuera la razón, tuvo que mantenerse tranquila para no preocupar al Uchiha, debido a que este a su vez preocuparía a Naruto y Kakashi, y se armaría un caos.

—No preguntes, solo camina. —contestó Sasuke, avanzando por los arbustos espesos.

Sakura frunció la boca, insatisfecha, no obstante terminó por seguir al Uchiha.

—Lo escuché de Ino. —dijo Sasuke, después de un rato. La kunoichi lo miró sin comprender. —Sobre el encierro que has tenido, siento haberme ido sin ti.

— ¿De qué hablas?

—Incluso cuando Anko me dijo las razones por las que no podía llevarte, no podía dejar de pensar que estarías mejor conmigo o Naruto. —siguió quitando las ramas, sin darle la cara. No obstante, Sakura podía ver que en el tono de seriedad que mantenía, había un rastro de culpa. —Estoy seguro de que si Ino le hubiera dicho a Naruto, él estaría diciendo lo mismo que yo ahora.

—Sasuke... entiendo que se sientan mal por mí. —comentó Sakura, bajando la mirada. —Pero no soy tan fácil de quebrar. Estos años me ayudaron mucho, he progresado bastante, además ahora puedo mantener a la raya mi enfermedad.

Sasuke se giró a ella, aún en lo profundo del bosque, los ojos de Sakura resaltaban igual de bonitos como Naruto. Esos dos sin duda iluminaban todo lo que él no podía.

— ¿Estás bien ahora?

—No. Mi enfermedad no tiene cura, o eso creo, para asegurarme debo encontrar a Kabuto. —ella frunció la boca, como si fuera obvio que no lo haría. —Y es poco probable que él quiera decírmela.

—Entonces, ¿aprendiste a controlarla?

—Sí. Tsunade-sama me enseñó una técnica especial para la canalización del chakra. —comentó Sakura, pasando a Sasuke para seguir por el camino que él marcó. —Con eso, mi chakra, por así decirlo, puede acabarse pero con la reserva que tengo, soy capaz de sobrevivir.

—Ya veo. —e hizo una leve pausa, atrayendo la atención de la chica. —Los sannins son increíbles.

— ¿Qué hay con esa cara? —preguntó Sakura, confundida.

—Nada. Es solo que ustedes dos fueron entrenados por sannins, aún ahora no sé si Naruto es más fuerte que yo.

— ¿Estás pensando que si hubieras ido con Orochimaru serías más fuerte que Naruto? —al verla, Sasuke se dio cuenta que ella se había molestado.

—No...

— ¡Definitivamente lo hiciste! —gritó Sakura con los ojos en blanco, apuntándole con el dedo. — ¿¡Es que estás mal de la cabeza!?

— ¡Ya te dije que no pensé eso! —contestó Sasuke, buscando ignorar los refunfuños de esta.

Sasuke siguió avanzando, adelantándose de nuevo a la chica para ir limpiando y tentando el camino, Sakura siguió con los reclamos por más tiempo, hasta que el Uchiha se detuvo, dándole una mirada severa para que dejara de hacerlo. Sakura frunció la boca, sin despegar la mirada del contrario, en una pequeña guerra para ver quién mantenía el control ahí.

—Lo que trato de decir, Sasuke... —suspiró Sakura, cediendo al cerrar los ojos. —Es que no creo que tu necesites ese poder.

— ¿Hmm?

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