Juicio.

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Generalmente Naruto hubiera reprochado un sinfín de cosas, maldecido a todo lo que se interpusiera entre él y lo que quería hacer. Pero esta vez, a extrañeza de Sasuke, se mostraba demasiado tranquilo. No parecía demasiado afectado por lo dicho antes, tampoco quería discutir más la decisión de Sakura. Cuando Sasuke intentó averiguar porqué, Naruto solo respondió: "la abuela no va a dejarla morir". Era una respuesta vaga, que tenía lógica siendo que Tsunade era la maestra de Sakura, pero Sasuke no sentía que fuera la mejor respuesta.

Además había algo que Naruto no le estaba diciendo.

A cada paso que daban se acercaban a la aldea, hasta que comenzaron a visualizar su entrada a lo lejos. Sasuke observó a Sakura, ella parecía tranquila, mirando al frente sin ninguna pizca de duda; Rock Lee estaba a su lado.

Cuando Sasuke conoció a Rock Lee, se sintió humillado. También receloso de que hablara con tanta naturalidad con Sakura, molesto de que conociera más secretos que él. Porque Rock Lee no era su compañero de equipo, porque Sakura le sonrió con tanta naturalidad y este, sin querer ocultar sus sentimientos, la protegió una y otra vez hasta terminar así. No obstante, a medida que pasaba el tiempo, los sentimientos de celos por parte del Uchiha desaparecieron o mejor dicho, se transformaron, a gratitud.

Porque pudo abandonar a Sakura, una y otra vez, pero decidió no hacerlo, porque la amaba. Igual que Naruto y él.

—Sakura. —llamó Kakashi, poniéndose a su lado. —Te escoltaré hasta Tsunade-sama.

—Gracias, Kakashi-sensei. —sonrió ella. El broche de cerezos rebotó en su cabello debido al movimiento. — ¿Qué hay con Naruto?

—Ha estado callado todo el rato. —comentó Kakashi, observando la espalda del zorro. Naruto iba por delante de todos, con los hombros rectos y la mirada fija en el camino. —Es raro, ¿no?

—Quiere hacer algo. —suspiró Sakura.

—Bueno, no creo que estés esperando que todos te dejen morir así como así. —dijo Kakashi, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón. —Has formado más lazos de los que te puedas imaginar, Sakura.

—Lo sé.

—Ellos te tiraran cuantas cuerdas sean necesarias, pero ninguna de ellas es para colgarte. —continuó Kakashi. —Son para salvarte.

Sakura no volvió emitir sonido alguno, observando la espalda de su mejor amigo. Sabía que no podía impedir que hiciera algo estúpido, Naruto era así después de todo, impulsivo y de buenos sentimientos, por más que Sakura le pidiera abandonarla, aún si el mundo se acababa, eso no pasaría.

Tenían lazos más fuertes que la sangre.

—Estamos llegando a Konoha. —anunció Yamato.

No tardó nada en que tres Anbu se pusieran delante de ellos, rodeándolos de tres flancos, dejando el frente como única abertura. A pesar de las quejas de Kakashi, Guy y los demás, los Anbu colocaron una cuerda rodeando el cuerpo de los tres, amarrando también sus manos y encadenando sus pies con grilletes viejos. Parecían verdaderos carceleros. Aunque, bueno, Sakura no podía culparlos, ese era su trabajo.

Sakura al entrar a la aldea, miró con curiosidad los grilletes en sus pies, era casi divertido que toda su vida fue sometida con cadenas imaginarias y ahora tenía unas de verdad.

— ¿Qué pasa? —preguntó Kakashi, a su lado. Sasuke la miró de reojo.

—No se sienten pesadas. —comentó Sakura, sonriéndoles.

Un débil murmullo se escuchaba entre los aldeanos que se apartaban para darles el paso, señalando, acusando y preguntándose como el único Uchiha terminó así. Nadie se preguntaba por Sakura o Rock Lee, y los pocos que los miraban, los acusaban con desprecio, de ser traidores de la Hoja. Mientras más se acercaban a la torre del Hokage, más Anbus llevaban encima; Sakura alzó la mirada a los techos y a las calles, esperaba que así como estaban resguardando a tres prisioneros que no tenían la mas mínima intención de escapar, pudieran resguardar a Naruto cuando ellos vinieran a buscarlo.

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