El final del camino aún se encuentra muy lejos.

648 75 43
                                    


Escuchó el fuego crepitar, el aroma del humo comenzó a hacerse cada vez más presente en su sentido del olfato cuando tomó más conciencia sobre sí misma. Batalló un poco con sus parpados antes de abrir los ojos, pues le exigían dormir más. Lo primero que vio fue el cielo estrellado, brillando reluciente; encontró la estrella de Masamune alumbrando el cielo, junto a la de Shizune.

—Ya era hora de que despertaras. —protestó una voz cerca de ella, dejando caer de golpe lo que pareció ser madera. Sakura se despertó de golpe, incorporándose.

— ¡Sasuke! ¡Naruto!

—No están aquí. —contestó Sasori, indiferente. Sakura quiso ponerse de pie, sin embargo, los hilos de Sasori la ataron con fuerza, impidiéndolo.

— ¡Qué diablos! ¡Suéltame! —alegó, removiéndose.

—Siempre tan ruidosa. —refunfuñó él.

— ¡Suéltame antes de que te mate!

— ¿Sin tus alas de acero? —se burló Sasori. Sakura apretó los labios, conteniendo su ira. Necesitaba saber dónde se encontraban Naruto y Sasuke.

— ¿Dónde están?

—No tengo idea. —él se encogió de hombros, indiferente. —Puede que estén en tu querida aldea, puede que estén con Itachi o puede que estén con Madara Uchiha, todas son opciones válidas.

— ¡No juegues conmigo, imbécil!

Él alzó sus manos al cielo, desinteresado. —No soy un hombre al que le guste mentir, Sakura. —dicho esto la soltó, sorprendiendo a la contraria. —Te recogí en alguna parte del bosque, estabas inconsciente así que fue el mejor momento para traerte conmigo.

Sakura palideció de solo escucharlo. — ¿Y Sasuke y Naruto?

—Eran manchas de sangre llevadas por una persona feliz. —respondió Sasori. Sakura se mordió los labios, lo más probable es que no estuvieran a su lado al momento de despertar, sobre todo Naruto.

—Tengo que volver a la aldea.

Entre la crepitación del fuego, el siseó de las hojas por el viento y los grillos ocultos en la oscuridad, Sakura observó a Sasori, él tenía una mirada extraña en su rostro. Igual de vacía como cuando lo enfrentó la primera vez, recordó entonces que él estaba en busca de algo, por eso la había seguido hasta ahí. Sasori echó otra madera al fuego, ignorando a la chica.

— ¿Itachi?

—No lo sé. No me interesa. —respondió. —La única razón por la que lo seguí es porque me iba a traer de nuevo a ti, pero me estoy cansando de esto.

— ¿A qué te refieres?

—Te lo dije, vendrás conmigo. —le recordó, insatisfecho. —No voy a permitir que lo que es mío siga escapando de mí.

—Yo no soy tuya. —recriminó Sakura.

Sasori se acercó a ella, sus sandalias crujieron con la tierra, Sakura quiso echarse para atrás, pero de nuevo sintió toda esa presencia de Sasori. Era imponente, quizás no tanto como Madara u Orochimaru, sin embargo, tenía algo que lograba hipnotizarla por completo, que le ponía el cuerpo a temblar. Sakura tragó saliva, cuando intentó escapar, los hilos de Sasori volvieron a atraparla, incluso se tomó el atrevimiento de atraerla a él.

Sakura sintió cosquillas cuando el cabello de Sasori rozó su frente, él seguía mirándola con esos ojos ahora envueltos en arrogancia.

— ¿Quieres apostarlo?

ReflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora