Maestra y alumno.

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Sakura comenzó a despertar poco a poco, el color azulado del cielo lo deslumbró por completo haciéndolo parpadear varias veces antes de traerlo a conciencia. Al incorporarse notó que a lo lejos estaba Tsunade con Naruto acostado frente ella y su camisa desgarrada, Kabuto estaba observándolos con la boca fruncida pero estaba bastante lastimado del pecho, ¿qué había ocurrido? ¿por qué Naruto no sé levantaba?

Buscó levantarse pero Masamune tiró de sus cabellos, queriendo dejarlo en ese lugar seguro.

—No, no, necesito ir a donde Naruto. —pidió, soltándose del cuervo; no tenía ni energías y las partes donde Kabuto le tocó le dolían demasiado, pero necesitaba saber que él estaba bien, que no estaba muerto.

— ¡No está respirando! —se gritó Tsunade, aumentando la intensidad del jutsu, casi no le quedaba mucha energía y Shizune aún estaba inconsciente. —No mueras, no mueras... por favor...

Al escuchar la primera oración el mundo de Sakura pareció detenerse y sin importarle los desgarres que pudiera tener correr a Naruto así lo hizo, llegando al frente de Tsunade tocando a Naruto del rostro, estaba perdiendo color a cada segundo. Al observar las manos de la rubia notó el ninjutsu médico, pero también la poca energía que tenía ella para mantenerlo.

—Déjeme ayudarla. —pidió Sakura, juntando el chakra en sus manos, Tsunade lo miró, Sakura le estaba ofreciendo lo poco que le quedaba de energías.

—No, si haces esto por...

—Ya lo sé. Pero no voy a dejar que él muera, no señor. —reprochó Sakura, tomando las manos de Tsunade. —Usted está débil, Kabuto no tarda nada en venir, úselo de una buena vez.

—No te dejaré morir a ti tampoco. —aceptó Tsunade, cerrando los puños en las manos de Sakura, absorbiendo su chakra.

Masamune suspiró, no quería intervenir pero a este paso Sakura terminaría muerto.

—No reacciona. —comentó Tsunade, impacientándose. Necesitaban más, más y más energía, pero Sakura ya no parecía tener más.

—Tsunade-sama. —llamó Sakura, clavando su mirada en ella; la rubia captó un destello de determinación en sus ojos. —Dijo que usted no entrena hombres, ¿verdad?

— ¿Eh?

Sakura suspiró, tenía que liberarse hasta de su ultimo chakra, eso significaba tener que deshacer el jutsu especial por Naruto. Él lo necesitaba, no iba a defraudarlo.

—Después de esto, no tendrá otra excusa para no entrenarme. —comentó, sonriendo.

Tanto Kabuto como Tsunade se quedaron en silencio cuando una suave nube de humo cubrió el cuerpo de Sakura y eso solo significaba que había deshecho un jutsu. Quizás a simple vista no se pudieran notar los cambios, pero Tsunade que estaba frente a Sakura, notó que el cabello le creció hasta los hombros y que el flequillo le llegaba arriba de la barbilla, también sus facciones estaban mucho más finas, las pestañas más largas y aunque era pequeño, el pecho había tomado otras proporciones.

—Tú...

—Primero Naruto. —pidió Sakura, seria.

Ahora lo entendía, el porque Itachi estaba tan interesado en ese chico tonto.

—¡Cuidado allá abajo! —gritó Jiraya antes de ser estrellado contra el suelo por un ataque de Orochimaru.

Esa era su oportunidad para eliminar a esa pequeña molestia rosa, de eliminar cualquier cosa que atará a Sasuke Uchiha a esa aldea. Sakura observó por el rabillo del ojo al sannin acercándose, Naruto había vuelto a respirar pero todavía no estaba consiente, Tsunade incluso le puso el collar en el poco tiempo que despertó; Sakura abrazó con fuerza a Naruto, cubriendo sus partes vitales, dispuesta a dar su vida por él. Justo cuando Tsunade se iba a poner delante de ellos, unas enormes alas se extendieron cubriendo a las tres personas delante de ellos, sin que la espada de Orochimaru pudiera atravesar aquellas alas con su espada, era como si estuvieran hechas de acero.

ReflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora