Cuida lo que te hace feliz.

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Sakura restregó sus ojos con cansancio, era muy tarde, Kakashi dormía más allá en su futón sin molestarle la pequeña vela que tenía el Haruno. Después de comer, presintiendo que se encontraría con su padre, el sensei del equipo siete decidió que era buena idea decirle que tenía algunos libros de medicina, de hecho, los favoritos de la difunta Rin. Sakura pareció emocionado, así que lo siguió sin dudar.

—Debo dormir un poco. —comentó Sakura, pasando una última hoja. —Sasuke seguro se enojara si me retraso, además le prometí a Lee que iría a verlo más seguido. Supongo que podría llevar una nueva flor, el narciso ya debió marchitarse.

Se recostó por un momento en los libros, observando la luz de la vela, la pequeña llama se movía de un lado a otro por las diminutas corrientes de aire que se pasaban por la ventana. Sakura entrecerró los ojos, acercando su mano al fuego, viendo la proyección que hacía en la pared.

¿Por qué estás llorando?preguntó Sakura, preocupado. ¿Te duele algo?

—No estoy llorando. —reprochó Naruto, con la voz quebrada. —Se me metió algo en el ojo es todo.

— ¿Es por el tercer Hokage?

—No... sé que el abuelito donde quiera que este, estará orgulloso de todos nosotros. —murmuró Naruto, sin darle la cara todavía. —Sakura...

— ¿Qué pasa? —Sakura tomó asiento a su lado, dándole una cálida sonrisa.

— ¿Crees que estaremos mucho tiempo juntos? —preguntó serio. — ¿El equipo siete permanecerán juntos para siempre?

— ¡Claro que sí! —contestó él de inmediato, con los ojos iluminados. — ¡Ustedes fueron quienes me dijeron que nos teníamos los unos a los otros! —reprochó, apuntándole con el dedo, picando una de sus mejillas repetidamente. —Ahora, ¿se están arrepintiendo?

—Por supuesto que no. —exclamó Naruto, cerrando su ojo izquierdo por los piquetes de Sakura. —Sólo... que nosotros vamos a crecer, nos vamos a enamorar y...

—Naruto, ¿me estás diciendo que no me vas a invitar a tu boda? —se mofó Sakura, simulando ofensa. —Te golpearé.

—Es que... ¿si nosotros nos enamoramos de la misma persona, qué pasaría? ¿se acaba la amistad? —preguntó comprimiéndose en sí mismo. Sakura dejó de molestarlo, sorprendiéndose por sus palabras; realmente dudaba que pasara, no obstante, Naruto parecía estarlo debatiendo con seriedad.

—Que pregunta más complicada. —murmuró Sakura. Luego pareció recordar algo, pues se quedó perdido en sus pensamientos algunos minutos. —Supongo que va a ser muy estresante para ambas personas, supongo que ambos estarían compitiendo por la atención de ella, así que a veces podrían pelearse. Y cuando, al final, ella escoja a la persona que más quiere, se sentirá muy feo pero si es tu amigo de verdad, entonces también estaría feliz por ti. Y por supuesto, por ella, después de todo, estará feliz.

Naruto ablando su mirada entonces, acercando su mano vendada, acarició los cabellos de Sakura con cariño.

—El día que te enamores de alguien, sin duda esa persona será muy afortunada, Sakura.

— ¿¡Qué--!? ¡A qué ha venido eso! —reprochó completamente ruborizado, apartándose del Naruto que comenzó a reír al ver su reacción.

—De verdad... ¿a qué vino eso? —murmuró Sakura, volviendo a sonrojarse. —Naruto es un tonto.

—.—.—.—.—

Naruto salió del hospital bastante contento, la pequeña charla con Sakura mas los bocadillos le subieron el ánimo, así que lo mejor era comer un ramen de miso, lo pondría mucho más contento. Al dar la vuelta, notó a dos personas bastante familiares platicando, por lo que volvió a esconderse.

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