Cuando era niño Sasuke nunca pensó llegar hasta donde estaba. Usualmente seguía a Itachi a todos lados y el más grande miedo que tenía era que nunca pudiera llegar a ser como él, porque eso significaría que su hermano se marcharía igual que siempre y nunca podría acompañarlo. Por eso es por lo que entrenaba tanto, para seguir el ritmo de su mayor, para que también lo consideraran un genio innato como a Itachi.
Luego ese sueño cambió. Se convirtió en una pesadilla llamada venganza. Ver a sus padres muertos ante sus ojos le causó un terror que hasta el presente nunca había sido capaz de borrar. Sin embargo, ver a su hermano mayor, delante de él, admitiendo la culpa de cada uno de los muertos tirados en el piso, incluidos sus padres, fue muy distinto, porque no sintió nada. Era como si de repente todo su mundo se hubiera detenido, como si hubiera sido empujado al fondo de un acantilado y ninguna red estuviera para atraparlo. Se sintió perdido en un mundo donde todos lo amaban, donde todos lo veneraban por ser el único Uchiha sobreviviente, no obstante, Sasuke no podía entender qué tenía eso de grandioso. Se había quedado sin nada ni nadie que pudiera comprender como se sentía, había miles de oídos para escuchar, miles de manos que eran tendidas a él para ayudarlo, pero Sasuke no reconocía ninguna de ellas.
—Ugh. Naruto de nuevo está queriendo llamar la atención.
Sasuke había volteado por inercia, últimamente escuchaba el nombre de Naruto cada vez más. Se metía en sus oídos y podía escuchar al chico ruidoso carcajeándose entre los regaños de Iruka. Los niños hablaban de él con desprecio, las niñas con desagrado, parecía que Naruto tampoco tenía a nadie a su lado.
— ¿Estás solo? —Naruto ladeó el rostro, observándolo unos segundos en silencio. Sasuke rechistó por lo bajo, poniéndose de pie y pasándolo de largo. — ¡Eh, espera, no te haré nada! ¡Hay que jugar juntos!
—En primer lugar, no podrías ni tocarme. En segundo, antes muerto que jugar contigo. —refunfuñó.
¿Cuántos días habían pasado desde que no hablaba con nadie?
— ¡Entonces pruébalo! —gritó Naruto, desafiante. En su rostro, sin embargo, podría notarse el dolor de ser rechazado nuevamente. — Yo seré el ogro y tú... ah, espera... ¡Sakura también querrá jugar! ¡Volveré enseguida!
Por supuesto que cuando Naruto volvió, Sasuke se había marchado.
—.—.—.—.—
—Sakura, ¿acaso no ves que a Ino le gusta Sasuke?
Sasuke miró de reojo al escuchar su nombre, de nuevo estaba en la boca de todos por haber pasado con la puntuación más alta los exámenes prácticos. Lo odiaba. Quería que lo dejaran tranquilo, sobre todo las mujeres que parecían estar chillando hasta porque pestañaba.
— ¿Y qué tiene de bueno? —refunfuñó Sakura.
No era sorpresa, mientras las mujeres lloraban por un poco de su atención, los hombres que no podían sobresalir lo tachaban de "engreído."
—Sakura está celoso. —se burló una de las chicas, dándole una palmadita en el hombro. —Deberías retar a Sasuke por el amor de Ino.
—Hmp. No quiero. —Sakura infló las mejillas, ajustándose la banda en su frente.
Era un cobarde que sabía que perdería ante él.
—Si no puedes luchar por la niña que te gusta...
—Puedo luchar por Ino. —contestó Sakura con simpleza. —Pero ¿por qué debería hacerlo? Solo déjenlo tranquilo, probablemente Sasuke es a quién menos le interese esto.
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Reflejo
FanfictionEl clan Haruno siempre ha tenido varones, evitando así que se pierda la descendencia del clan. Sin embargo, cada que nace una niña es obligada a volverse un chico, esta ha sido la vida de Sakura hasta ahora, disfrazada, obligando a mantener sus sent...