Y tres años pasaron.

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Sakura miró el espejo delante de ella, acariciándose el cabello que hasta ahora mantuvo al margen cortándolo hasta su hombro. La banda que le regaló Ino aún seguía adornando su cabeza como un listón, incluso su ropa de nuevo había sido elegida por su mejor amiga, aunque sin el símbolo del clan Haruno detrás de su espalda. Al mirarse fijamente a los ojos, inconscientemente apartó la mirada, sentía como si estuviera viendo a una nueva persona en el espejo, una que aún no reconocía.

—Sakura. —Shizune tocó una vez la puerta, antes de entrar. —Desayunaremos ahora, ¿quieres acompañarnos? Tsunade-sama tiene mucho trabajo hoy.

— ¿No puede entrenarme hoy? —preguntó Sakura, apartándose del espejo y caminando hacía su otra tutora.

Shizune negó, apartándose de la puerta para permitirle la salida. —Yo tampoco, tendrás que entrenar tu sola.

—Está bien, iré a mi ritmo. —sonrió, tranquilizando a Shizune. Tsunade ya estaba en la mesa, esperando por ellas; al ver a sus dos alumnas bajar, una mueca de felicidad invadió su cara. —Tsunade-sama, buenos días.

—Buenos días, Sakura. —dijo ella. Sakura como siempre se sentó a su lado. — ¿Dónde está Masamune?

—Dormido en la cama. —bufó Sakura, tomando los palillos. —Me ha corrido de mi almohada así que ahora debo de utilizar una sudadera para apoyar mi cabeza, dijo algo sobre que tenía que tenerle respeto a los viejos y que el día que muriera recordaría esa almohada con mucho cariño o algo así.

—No cambia en nada. —comentó Shizune. —Pero estoy segura que bajará cuando estés por irte.

—Toma. —dijo Tsunade, cambiando de tema. —Hice una serie de ejercicios para que practiques sola, es el entrenamiento previo que hay que hacer. También Rock Lee me dijo que te estaría esperando en el campo de entrenamiento, así que date prisa para no dejarlo esperando.

— ¡¿Lee vendrá?! —exclamó Sakura, contenta. —Pensé que estaba en una misión con Guy-sensei.

—Sí... la completaron antes de tiempo. —contestó la Hokage . —No dejaba de repetir que como Ino tampoco estaba, no quería dejarte mucho tiempo sola.

—Siempre tan amable, Lee. —expresó Shizune. —Seguro que está preocupado por la tardanza de Naruto y Sasuke.

—Bueno, aún no pasan los tres años. Faltan varios meses. —comentó Sakura, removiendo sus palillos entre en arroz. —Deben de estar tan ocupados que ni siquiera se han de dar cuenta del tiempo.

—Son medio idiotas, pero ya regresarán, así que no te preocupes. —alentó Tsunade, Sakura la miró y le dio gratitud con la mirada.

Desde hace dos meses que había llegado de nuevo a Konoha convertida en una auténtica chica, el primer mes fue difícil, pese a vivir con Tsunade y Shizune, aún no le era del todo permitido pasearse por toda la aldea, tampoco que fuera más lejos sin autorización o compañía, ni siquiera hablar de sus actividades como ninja, había sido reducido a puro entrenamiento médico y personal. De vez en cuando Lee o Ino solían acompañarla y eran los días en la que mejor se la pasaba.

Tsunade le había prometido que en cuanto se reuniera de nuevo todo el equipo siete, le daría mucha más libertad. Pero mientras que una parte de Sakura estaba contenta por tener de nuevo a su equipo, otra estaba asustada, no sabía cómo reaccionar, fue muy poco tiempo el que estuvieron interactuando con ella como mujer; Ino solía decirle que no se preocupara, que tenía que actuar como normalmente lo hacía. Rock Lee en cambio, acariciaba su cabeza con gentileza y le aseguraba que ellos la seguirían amando a pesar de eso.

— ¡Sakura! —llamó Lee, desde en medio del campo de entrenamiento. Estaba sudado, seguro había entrenado desde la madrugada. —Masamune.

—Sólo me cansó de verlo. —comentó el cuervo, encima de la cabeza de Sakura. —Se la pasa entrenando todo el día, por eso no tiene novia.

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