Cadenas que no terminan.

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— ¿¡UNA MUJEEEER!?

El rugido de Naruto estalló por todo el hospital, resonando por las paredes del cuarto hasta volver a sus oídos y a lo de los demás. Sakura asintió con la cabeza, aún con la mano de Ino sobre la suya que era suficiente para darle todo el apoyo que necesitaba. Kakashi y Sasuke se descubrieron los oídos, el primero con una mirada de orgullo dirigida hacia su estudiante; mientras que Sasuke también la observaba con sorpresa, como si le hubieran dicho una mala broma.

— ¿A qué te refieres con mujer? —cuestionó Naruto, acercándose cada vez más a Sakura, prácticamente ya estaba encima de ella. — ¿Te cambiaste de sexo? ¿Es un jutsu prohibido?

A Ino le crispó una ceja al escuchar semejante idiotez y de un manotazo apartó al rubio hasta hacerlo retroceder.

— ¡Ella ha sido una mujer desde que nació! —reprochó Ino, poniendo una mano delante de Sakura. — ¿¡Hay alguna queja con ello!?

—Ino...

—No la hay. —respondieron los tres de inmediato.

—Vamos Ino, es normal que estén sorprendidos. —comentó Sakura, buscando calmarla. Ino refunfuñó por lo bajo algunas maldiciones, casi queriendo matar a Naruto con la mirada. —Lo lamento, les estuve mintiendo todo este tiempo... quizás están moles-

—Sakura. —llamó Sasuke, inclinándose ligeramente, tenía un brillo especial en los ojos que tranquilizaron a la chica. — ¡Gracias por decirnos!

Kakashi sonrió, ahí estaban las palabras que Sakura necesitaba oír.

—Eh... sí. —contestó torpemente. — ¿N-No están molestos?

—Juntaste un gran valor para poder decírnoslos, Sakura. —sonrió Kakashi, revolviéndole el cabello con cariño. —Nosotros no estamos aquí para juzgarte, entendemos que no es que tu hayas querido mentirnos si no que tenías que hacerlo. Lo comprendemos.

—Kakashi-san, no luces sorprendido. —comentó Ino, alzando una ceja.

— ¡Oh, lo estoy, definitivamente lo estoy! —mintió él, agitando las manos para liberarse de cualquier sospecha, seguro que no se quitaría ni a Naruto ni a Sasuke si decía que él ya lo sabía.

—Ya, ya. —se metió Tsunade. —Sakura tiene que descansar, además sí Lee sabe que ya despertó querrá venir corriendo a saludarlo y es otro de mis pacientes que necesito mantener bajo control.

— ¿No se puede quedar nadie? —preguntó Ino, triste.

—Solo dejaré a una persona para que vigile a Sakura, sugiero que sea Kaka-

—Lo haré yo. —sentenció Sasuke, cruzado de brazos. Sakura se volteó a él, haciendo revolotear sus cabellos. —Kakashi-sensei permaneció despierto toda la noche, igual Ino, necesitan ir a descansar.

—Pero...—Ino miró a Sakura y esta le sonrió con las cejas decaídas, la rubia suspiró, no quería causarle molestias a su amiga. —Vendré mañana por la mañana, ¿de acuerdo?

Mientras Jiraya y Kakashi se despedían de Sakura, Sasuke aprovechó para apartar a Naruto, llevándolo a fuera con la vaga excusa de que irían a comprar algo para Sakura. La chica miró a su mejor amigo marcharse con tristeza, Naruto ya no había vuelto a pronunciar palabra, apenas y la miró de reojo, ni siquiera se inmutó cuando Sasuke fue el primero en ofrecerse a cuidarla.

¿Había hecho mal en decirle? ¿Se sentiría herido?

— ¿Se puede saber qué demonios te pasa? —reprochó Sasuke, metiendo varias monedas en la maquina y apretando cinco botones de corrido. En automático los productos comenzaron a caer uno tras otro. —Quita esa cara antes de que te golpee, idiota.

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