Itachi Uchiha.

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Ciertamente Sakura esperó que al momento en que llegara, sus nervios no la delataran por completo; sin embargo, lo primero que hizo al verlo, fue tomar una posición de defensa provocando que Lee alertará a sus cinco sentidos también, que Itachi suspirara y que el recién llegado se riera a tres largas y estruendosas carcajadas.

—Sin rencores, ¿eh? —preguntó a Sakura, queriendo revolver sus cabellos. Sakura se apartó de inmediato, sin despegar la mirada de él, queriendo casi traspasarlo con ella.

El sujeto que peleó con Guy-sensei..., sin embargo, Sakura parece conocerlo bastante. —pensó Lee, precavido.

—Parece que tu cuerpo aún no olvida las palizas que te he dado, ¿verdad? —sonrió Kisame, en un modo que le erizó todo el cuerpo a Sakura. A pesar de que Itachi estaba ahí, al igual que Lee, seguía sintiendo tanto miedo de él como todas las veces que lo vio.

¿Por qué tenía que lucir débil delante de ese sujeto? Había enfrentado a Orochimaru, a Kabuto, a Sasori. Y ahora un hombre con la cara de pez lograba hacerla agachar la cabeza.

—Córtalo, Kisame. —pidió Itachi, intercediendo. —Ahora Sakura es una aliada de Akatsuki.

—Humm... de todas maneras no me interesa mucho el chico-chica. —se sinceró Kisame, encogiéndose de hombros. —A decir verdad, —y su cabeza giró a Lee que contrajo los labios. —este chico me recuerda mucho al sujeto con el que me acabo de enfrentar. ¿A él puedo matarlo?

—¿Qué clase de pregunta es esa? —reprochó Lee, confundido.

—Mira estás cejas, no son normales. —dijo Kisame, picándole estás mismas a Lee que sintió un ojo crisparle por ser tocado de esa forma.

—Déjalos en paz. —suspiró Itachi.

—Seguro te verías muy divertido con estas cejas, Itachi. —sonrió el exninja de la niebla. Al ver la mueca que hizo su compañero, Kisame dejó a Lee en paz y silbó, caminando hacía el sendero que debían seguir.

Sakura esperó a que Itachi avanzara para poder seguirlo, detrás de él, junto a Lee y con Masamune en su cabeza, dormitando. No le daba confianza, por más cómodo que Itachi se viera con él, aunque le dijeran que estaría segura, no podía sentir que todo su cuerpo se tensaba al momento en que Kisame le daba una sola mirada.

— ¿Sakura? —llamó Itachi.

La noche ya había caído sobre ellos, y según lo que decía el Uchiha, faltaba cada vez menos para llegar a donde los Akatsuki. Alrededor de tres días. Sakura miró detrás de ella, se había alejado un poco del grupo para contemplar las estrellas como cada noche; detrás de Itachi, Kisame tenía a Lee tomado por los hombros y picaba su frente insistentemente, pidiéndole que peleara con él.

—Itachi-san. Siéntate a mi lado. —pidió ella, golpeando con suavidad la tierra.

—No estás cómoda con Kisame, ¿cierto?

—Eso es bastante obvio, Itachi-san. —contestó Sakura, haciendo un mohín. —Por más que lo intente, mi cuerpo recuerda todas las veces que me sometió. Y, además, sé que podría volver a hacerlo si se lo propusiera, no soy más fuerte que él.

—A Kisame solo le interesa pelear con las personas que él reconoce, así que no tienes nada de que preocuparte, y aunque lo hubiera, yo estoy aquí para protegerte, Sakura.

—Lo sé. —dijo Sakura, recargando la cabeza en su hombro. —Es genial poder estar contigo al fin, Itachi-san. Pesé a todo lo que dejé atrás, siempre pensé que cuando te viera en persona al fin la parte que me faltaba sería completada.

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