Un amor que hace feliz con solo darlo.

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Sakura se sentó al pie de un árbol que la escondía en la oscuridad, las hebras de la luz lunar apenas pasaba por los pequeños huecos de las hojas dando en su blanca piel. Ella abrazó sus rodillas con fuerza, hundiendo la cara entre ellas, preocupada de lo dicho por Sasori.

¿Por qué cada que sentía la libertad alguien aparecía y le arrancaba sus alas de nuevo?

Si bien estaba aliviada de que los médicos de Konoha pudieran descansar y que la ayuda llegara tan pronto, el solo hecho de pensar que Sasori podría pedirle que se fuera con ella, y no poder negarse, le causaba un escalofrío en su espalda. Quería tener miles de experiencias con Kakashi, ver que Tsunade despertara, la abrazara y le dijera que la perdonaba.

Luego pensó en Naruto y Sasuke.

Apretó más sus piernas contra su pecho y llevó las manos a la cabeza, frustrada. ¿Cuándo se volvió todo tan complicado? Deseaba volver a la época pasada, donde todo era risas entre ellos, donde nadie se tenía que preocupar los sentimientos de su mejor amigo o de un príncipe idiota.

— ¿Sakura?

El ruido la sobresaltó, aunque no despegó su cara de sus rodillas hasta asegurarse de que cualquier rastro de lágrimas se hubiera marchado de su rostro. Lo que menos quería era preocupar a la persona que estaba delante de ella, suficiente tenía con todos los problemas que ya le había causado.

—Lee, ¿qué haces aquí? —murmuró Sakura, apartando los ojos de él. Lee se puso de cuclillas delante de ella, sabiendo casi al instante que algo estaba mal.

—Estaba escapando de Gaara, así que me vine a esconder en el bosque después de que interceptó a Naruto. —sonrió; Sakura correspondió el gesto. — ¿Te has peleado con Sasuke o Naruto?

Ella pasó saliva. — ¿Por qué lo dices?

—Bueno, Naruto estaba molesto también y Sasuke estaba con Itachi, pero tiene esa cara...

"No te me acerques porque muerdo". —completó ella, riendo.

— ¡Esa misma! —señaló Lee, ahora sentándose en forma de mariposa. —Lo cual hace un contraste muy raro porque Itachi está dormido, y Sasori está arreglando unas marionetas a su lado.

Lee notó el destello de tristeza en sus ojos cuando mencionó este último nombre, sabiendo entonces que ahí se encontraba el problema.

— ¿Quieres hablar de ello? —preguntó, inclinándose ligeramente.

Sakura negó con la cabeza.

— ¿Por qué te estabas escondiendo de Gaara?

—Ha dicho que tengo que descansar, aunque yo creo todo lo contrario, ahora los únicos que necesitan descansar son el héroe de la aldea, los médicos y los heridos. Todos los demás debemos seguir ayudando en todo lo que podamos.

—Te he visto ir corriendo de un lado a otro estos días, Lee. Incluso se ve que no has dormido bien, tomar un descanso ahora que ha llegado la ayuda no será malo. —protestó Sakura.

—Cuando Ten Ten le ha dicho eso a Gaara, el ha reaccionado igual. —suspiró Lee.

—Después de todo Gaara ha cambiado para bien, es un buen Kazekage. Lee dudo un poco, cosa que causo intriga en la contraria. — ¿No lo crees?

— ¡Claro que sí! ¡Gaara es sensacional! —aseguró, alzando un puño. —Lo que me preocupa ahora es un poco el Raikage, ha estado con una expresión seria desde que llegó, y no para de mirar a Itachi y a Sasori.

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