Orochimaru

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—Ya decía yo que el beso de Sasuke no fue casualidad. —reprochó Ino, molesta.

—Lo sabía. —se burló Kiba. —Siempre has sido medio rarito con el Uchiha.

— ¿Por qué lo emparejan conmigo? —preguntó Sasuke, a la defensiva.

—Sakura jamás se fijaría en él. —contestó Kiba, simplón. — A pesar de tener esa cara de niña, ¿qué no ves la novia que tuvo antes? —preguntó señalando a Ino. Ella infló las mejillas, reclamándole aquello.

— ¡Quién estuvo con esa cerda! —reprochó Sakura, reclamándole también.

Sasuke miró a Naruto molesto de ser emparejado con él, sin embargo el rubio tenía un rubor en las mejillas, observando a Sakura. De nuevo aquella sensación de malestar se hizo presente en él y observó su mano con cierta curiosidad, seguía sintiendo la calidez, aunque luego comenzó a sentir peligro, cuando Anko dio un paso a ellos.

—Sabía que no debíamos aceptar mocosos. —gruñó ella, con un aura oscura. — ¡Presten atención críos o yo misma me encargaré de asesinarlos antes de que si quiera piensen en entrar! —gritó.

Los nueve novatos se pusieron rectos, temiendo la furia de la instructora.

—Escucha, mocoso. —dijo Anko, poniéndose detrás de Naruto luego de haberle lanzado un kunai que le rasgó la cara al rubio. —Estoy segura que tu serás el primero en morir allá adentro.

Sakura la miró sorprendida, aquella mujer era demasiado rápida, digna de un élite. Fue entonces que un nuevo sujeto apareció y le causo un escalofrío a la chica; ese sujeto de lengua increíblemente larga sostenía el kunai antes lanzado por la profesora. Cuando aquel chico pasó a su lado, Sakura se sintió muy pequeño ante él, no solo en altura; era un tipo que de verdad no quería encontrarse allá adentro.

— ¿Te encuentras bien, Naruto? —preguntó Sakura, acercándose con las hojas antes dadas por Anko. —Tenemos que firmar esto.

—Sí, no duele nada...—murmulló sin verla.

—Tenemos que planear una estrategia antes de entrar. —dijo Sasuke, dándole a Sakura la hoja ya firmada al igual que Naruto. —Todos lucen bastante fuertes.

—Irán a por nosotros, al menos la mayoría de ellos. —comentó Sakura. —Somos los nueve novatos. ¿Hay algo más débil que eso? E incluso, estoy seguro que Shikamaru y Kiba están pensando lo mismo, ir por nosotros en específico.

Naruto entonces alzó una ceja sin comprender.

—Somos los más débiles a su mirar. —farfulló Sakura, dejando caer sus hombros. —Me guste o no, Kiba tiene un buen equipo y el equipo de la cerda de Ino se conoce mejor que todos dado a que sus padres siempre han trabajado juntos.

— ¡Yo no soy nada débil, Sakura! —reprochó Naruto, poniéndose de pie. — ¡Les mostraré con una patada en la cara si quieren venir por mí!

Sasuke le pegó un golpe a Naruto, silenciándolo. —Maldita sea, ¿tienes que ir gritando todo? —reprochó con los brazos cruzados.

—Eso solo es su perspectiva, Naruto. —recriminó Sakura. —Escuchen, conozco a dos de los miembros de esos equipos mejor que nadie. Así que quizás tengamos una oportunidad.

— ¡Equipo siete, vengan por su rollo! —gritó uno de los guardias, llamándolos.

Sakura miró a Naruto y a Sasuke, alzando un puño para darle fuerza al equipo. Naruto aún con todas las dudas que tenía en su cabeza le correspondió igual de animado y Sasuke sonrió, contagiándose de ese par de tontos que tenía por compañeros de equipo.

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